Sabe lo que es recomponerse y seguir adelante. San Martín de Tucumán no mostró su mejor versión contra Racing de Córdoba, pero la jerarquía y el ímpetu para ir a buscarlo en los últimos minutos lo dejó a las puertas de quedarse con los tres puntos. Esa fue una prueba más para este equipo que demostró a lo largo del torneo saber superar las adversidades.
En un estadio repleto por fanáticos que fueron a agradecerle a los jugadores la clasificación a la final, el “Santo” reflejó una especie de relajación; quizás motivada por el hecho de que el primer gran objetivo de la temporada ya estaba cumplido.
Este resultado, aunque no fue una derrota, dejó sensaciones encontradas ya que los dirigidos por Diego Flores no tuvieron la intensidad ni el control que suele caracterizar al equipo.
A lo largo de la semana, el técnico había asegurado que San Martín no dejaría de competir a pesar de haber alcanzado la final. Sin embargo, el “11” titular elegido para el partido contra la “Academia cordobesa” mostró una estrategia distinta. Apostó por un equipo mixto, combinando algunos habituales titulares con suplentes, con el claro objetivo de dosificar los esfuerzos y cuidar el físico de los jugadores que acumularon minutos a lo largo de la exigente temporada.
En ese sentido, Juan Cuevas, Gonzalo Rodríguez y Junior Arias, fueron algunos de los futbolistas a los que le tocó esperar su chance entre los relevos.
Esta decisión parecía razonable teniendo en cuenta la proximidad de la final y el riesgo latente de sufrir lesiones que podrían comprometer a piezas claves. No obstante, el plan de Racing de Córdoba no fue el de un equipo que vino a refugiarse en defensa como lo hacen muchos clubes en La Ciudadela.
Desde el principio, la “Academia” se mostró decidida a buscar el resultado, algo que fue facilitado por un San Martín que no logró entrar en ritmo de competencia. Las desconcentraciones y la falta de intensidad en algunas jugadas eran notorias y fue en ese contexto donde el conjunto de Nueva Italia encontró la chance de ponerse arriba ante un equipo que pareció estar más enfocado en lo que será la final, prevista para el 2 de noviembre, que en el presente.
A ese aspecto el propio Flores lo resaltó como negativo y aseguró que cambiará en los próximos dos partidos contra Alvarado y Güemes de Santiago del Estero.
“Vamos a convertir en desafío estos dos partidos que siguen. Era el primer duelo después de la clasificación y no era sencillo. Quizás no fuimos nuestra mejor versión, pero sí mostramos intención de juego. Resalto la actitud del equipo para darlo vuelta. Podríamos haberlo perdido o ganado, pero el empate queda justo”, explicó Flores sobre la chance que tuvo su equipo.
La actitud de los futbolistas reflejaba la precaución con la que encararon el partido. El riesgo de sufrir una lesión a tan poco tiempo de la final era evidente y los jugadores adoptaron una postura conservadora, con todas las medidas de cuidado posibles.
Aun así, a pesar del contexto y de la falta de un rendimiento dominante, San Martín estuvo muy cerca de quedarse con la victoria.
La capacidad y la jerarquía del plantel para marcar la diferencia cuando se lo propone quedó clara durante el tramo final. En tan solo cuatro minutos, cuando aceleró, logró lo que no había podido hacer en casi 90: meter dos goles y dar vuelta el resultado.
“Nos vamos felices con ‘Lauti’ (Fedele) por hacer los goles porque en esta ocasión pudimos ayudar al equipo. Todos juntos lo sacamos adelante. Dimos una muestra de carácter”, expresó Arias, autor del segundo tanto y máximo goleador “santo” en lo que va de la temporada.
Más allá del 2-2 final, lo bueno de la situación es que el “Santo” mostró capacidad para sobreponerse, algo que puede resultar vital en la “finalísima” por el ascenso. El peso de las individualidades, la jerarquía del plantel y las ganas de no dar ni la más mínima ventaja que tiene el grupo le permitió volver a sacar adelante un partido que, incluso, no había jugado bien.
Eso sí, más allá del resultado final, Flores decidió enfocarse en el lado positivo del partido y tomar nota de los errores. “Este es un partido que nos va a hacer bien, que nos será muy útil de cara a lo que se viene en el cierre de la temporada. Acercarnos a nuestra mejor versión durante los dos últimos partidos debe ser nuestro próximo objetivo”, plantó bandera “Traductor”, que tendrá que determinar si continúa alternando a los futbolistas en las dos fechas que restan.
Se debe resaltar que el empate contra Racing de Córdoba no tuvo un impacto directo en la clasificación, pero dejó en evidencia que el equipo deberá mantener la concentración y evitar cualquier relajación con vistas a lo que será el desafío más importante de la temporada. “Este partido nos dejó un sabor amargo porque queríamos ganar. Tenemos dos partidos más para preparar la final y considero que debemos seguir aprendiendo para que esto no nos pase en ese partido”, aseguró Fedele, dejando en claro que lo positivo de la situación es que el “Santo” no perdió ni jugando mal y eso a esta altura, y mirando lo que se viene, no es poca cosa.