“Fue una carrera dura, me sentí mal hasta el kilómetro ocho. Estuve a punto de abandonar, pero hice un clic y aguanté”. Con la voz entrecortada por el esfuerzo físico, entre apretones de manos y palmadas en la espalda, Ezequiel Chavarría, el ganador de los 21K de LA GACETA, empezaba a asimilar el triunfo. Segundos antes había cruzado la meta.
Pocos minutos después, la figura de Viviana Villareal levantaba las manos en la misma línea de meta para convertirse en la primera clasificada de la categoría damas. “Al cabo de seis meses sin correr, volver a hacer lo que me hace feliz, en mi provincia y en una carrera tremenda, me llena de felicidad”, afirmó Viviana con una mirada que brillaba por la emoción de haber alcanzado con creces un objetivo que no mucho tiempo atrás le parecía lejano.
Chavarría y Villarreal, dos tucumanos que ya conocían el podio de esta carrera, se llevaron el premio por su esfuerzo y dedicación.
Ir por más
Un dolor en el estómago que no dejaba de incomodarlo y el ver a su competidor más cercano 50 metros por delante de él fueron los motivos por los que “Chava”, cómo lo conocen sus amigos, analizó abandonar la prueba. No obstante, una motivación que crecía desde hace un par de semanas lo hizo ir por más.
“En principio iba a correr los 10K, pero hice un cambio y llamé para que me anotaran en la mayor distancia, porque además de que me estoy preparando para una maratón en Valencia, me gustaba medirme con los corredores que compitieron en esta categoría”, afirmó el atleta.
Uno de ellos fue Daniel Díaz Mateo, que desde Capital Federal vino para ser el máximo contrincante del tucumano. “La verdad es que lo felicito, porque fuimos cabeza a cabeza. Y cuando logró adelantarse sentía que la carrera se me había escapado”, repasó Chavarría. ¿Qué hizo para volver a su eje? “No me desesperé, supe esperar mi momento, para alcanzarlo, superarlo y mantener un ritmo que me permitiera ganar”, analizó.
Correr en la ciudad
Chavarría definió el circuito como “lindo, rápido y un poco duro” por los intensos rayos del sol y por los 24° que marcaba el termómetro durante la media mañana de ayer. No obstante, en su cabeza ya estaba el próximo desafío en España. “En la próximos días viajo a Cachi, en Salta, para entrenarme en la altura. Voy a permanecer allí casi un mes, con Valencia en la mira”, aseveró.
El 19 de noviembre el tucumano partirá a Europa para calzarse las zapatillas el 1 de diciembre y disputar los 42 kilómetros en tierra valenciana. “Para mí es una carrera soñada”, manifestó Ezequiel, quien para finalizar deseó que cada vez más personas se animen al running.
“Hace más de 16 años que lo hago y es lo mejor que me pasó en la vida, por eso siempre trato de animar a otros a que se inicien en este camino. Que se animen de a poquito porque estoy convencido que uno puede lograr todo lo que se propone”, cerró.
Regreso triunfal
Viviana sabe de podios y medallas pero esta victoria tuvo un gusto especial, tras atravesar una enfermedad que durante mucho tiempo no le permitió entrenarse como acostumbraba.
“Atravesé una hepatitis y estuve parada casi medio año. Incluso hoy estoy sin suplementación; sólo yo sé por todo lo que pasé para llegar acá”, sostuvo, a la vez que confesó que no se sorprendió por haber sido la primera entre las damas.
“Hice el remate en el kilómetro 15, me mantuve para hacer la diferencia y ya lo vi venir”, contó visiblemente emocionada.
Consciente de que su cuerpo debe volver a tomar ritmo tras el período de inactividad, y aunque este fin de semana haya obtenido la confirmación de que va por buen camino, Villarreal reveló que esperará un poco para definir su próximo objetivo.
“Tengo 52 años, pasé por muchas competencias y ya hice correr a muchas amigas. Sí me gustaría que sean más los que se sumen, porque uno empieza con media hora, después se mira en el espejo y ve los cambios en el cuerpo, por lo que intenta comer mejor. El resto llega solo. A la meta se la pone cada uno”, concluyó antes de fundirse en más abrazos de felicitaciones por este nuevo logro alcanzado.