Carlos Duguech
Analista internacional
Los 2.222 km. de la “costura” entre los dos vecinos de América del Norte desde siempre ha significado un escollo para una armoniosa relación entre los dos países. Donald Trump, durante el ejercicio de su mandato (2017-2021) mantuvo una relación con Andrés Manuel López Obrador lindante con la convivencia entre períodos nublados y otros de forzados soles. Las vallas, los muros fronterizos que empalidecían al de la vergüenza en Berlín, no pudieron alcanzar a cumplir el propósito que originariamente les era definido: filtrar la invasión por distintos atajos y brechas no era un asunto ni de tecnología ni de disposición legal. La magnitud de la frontera hacía poco menos que imposible el propósito del diseñado y ejecutado por el Gobierno del singular millonario que ocupará la Casa Blanca a la que aspira volver si vence a Kamala Harris.
Sheinbaum, presidenta
La sucesora de López Obrador en la presidencia México, avalada por el 60% de los sufragios, que asumió el 1 de octubre, dibujó en el escenario mayor de la política de su país un esquema presidencias con dos variables cuasi revolucionarias: la una, ser la primera mujer en ejercer la presidencia. Y la otra, - en estos tiempos de cuestionada gestión bélica del estado hebreo en la Franja de Gaza por tantas muertes y destrucción, con más de 40.000 víctimas de no combatientes, la de ser la primera persona judía en tan altas responsabilidades en su país. Son dos “novedades „que no deberían centrar la atención por aquello de “mujer” y “judía”. Pero, al centrar en esta singularidad verdaderamente trascendente y en relación con el poder presidencial es su perfil bien definido, políticamente: “de izquierda “, a lo que suma, notoriamente, su formación académica y científica, con doctorado en ingeniería ambiental y de la energía además de licenciada en física. Conocimiento y formación que en su puesto cúspide hallará modo de ligar sus decisiones basadas en su conocimiento en materias ligadas a lo actual: la energía y lo ambiental.
Trump y dos mujeres
Tal vez los opinadores que se nutren de desde raíces hundidas en lo misterioso de los comportamientos humanos y las “coincidencias” con aires esotéricos, subrayen doctorales: si Trump por segunda vez compite con mujeres por la presidencia, seguro que triunfa como lo hizo con Hillary Clinton en 2015.Y esto fuertemente ligado a que cuando compitió con un hombre, John Biden, perdió.
Claro que es necesario tomar en cuenta esta vez que no es la candidata Clinton, que bien tenía méritos como para triunfar, sino una mexicana singular que ejerce su discurso y acción política desde una izquierda, que si bien es moderada, no deja de tener una estructura de gestión y promoción de efectividad.
Contra esa oponente será el sesgo que administrará Trump y sus asesores en el tramo final de su carrera a la pretendida segunda presidencia. Es más importante prever cómo se las arreglará el supuesto “Trump presidente” con la presidenta de México, que cómo arrebatarle votos a la Harris en el final del trámite electoral.
Para los estadounidenses
Sí, es evidente a estas horas imaginar EEUU con Kamala Harris es más tranquilizador que con Trump entreverado en las casi escritas y dibujadas controversias que tendrá, seguramente, con la presidenta de México por la cuestión de fronteras.
El electorado de los EEUU podrá finalmente inclinarse por la nueva experiencia de una mujer en el centro del poder en Washington, refrescando la memoria de la conducta de Trump con el asalto al Capitolio cuando se estaba cerrando el trámite de la victoria de Biden.
A poco de asumir la presidenta de México se vio obligada a responder a las críticas que recibió por no haber invitado al acto de asunción del 1° de octubre al Rey Felipe VI de España. Fundamentó la decisión en que desde la realeza española no respondieron a una nota formal que el ex presidente López Obrador había remitido tiempo antes requiriendo que con motivo del bicentenario (27 de septiembre de 2022), se disculparan por los siglos de dominación y afrenta a las poblaciones originarias. Fue entonces que la presidenta Claudia Sheinbaum tomó la decisión de borrar del protocolo de invitados al acto de asunción al Rey de España. Es de señalar que el ex presidente mexicano le había aconsejado proceder de otro modo, no obstante, respetó la decisión presidencial.
Ante ello desde la Casa Real se decidió no participar de ninguna manera. Este gravísimo bache protocolar de la diplomacia muestra dos caras: la de la discordancia entre el que debe invitar y el que se supone naturalmente invitado y la de la personalidad particular de la nueva presidenta de México.
Líbano, Israel, Irán
En la ultima columna del Panorama Internacional el titulo Líbano: casi “estadio olímpico” de todas las guerras, se señalaba como una fotografía de la realidad que es lo que está ocurriendo hasta nuestros días. Particularmente en el país de los cedros milenarios, donde la violencia de los ataques de los cuerpos armados de Israel no discrimina en absoluto la característica de sus “blancos” generando a ojos vistas crímenes de guerra. Involucra entre sus victimas a inocentes habitantes libaneses, particularmente en la densa ciudad de Beirut.
Comunidad internacional
No resulta ocioso que quien quiera sea de cualquier lugar del mundo exprese la pregunta de este subtitulo. La respuesta seria, naturalmente, que Naciones Unidas debe intervenir del modo que prevé su carta en cumplimiento, precisamente, de lo que su texto - elaborado en 1945 - indica. Los riesgos próximos a materializarse en hechos, pueden involucrar íntegramente la participación armada del régimen Iraní, por su vinculación tanto con Hezbollah como con Hamas.
Con este ingrediente en el panorama actual que involucra a las fuerzas armadas israelíes atendiendo tantos frentes a la vez, puede sobrevenir en la región del MO una catastrófica etapa guerrera con consecuencias, que ya se advirtió en anteriores columnas, para el propio Estado de Israel.