“Esta noche es la misa”, le reveló a LA GACETA Liz Terán Nores antes de largar. Para la corredora más joven de las distancias competitivas de los 21K de LA GACETA fue un domingo más que especial: en la previa de su cumpleaños número 15 -que está celebrando hoy- disfrutó su debut como runner hecha y derecha.
“Es mi primera carrera, iba a participar en una a principio de año pero me agarró dengue”, confesó la adolescente, que asiste a tercer año del colegio Santa Rosa -“me va bien, tengo buenas notas”, asegura-. Según cuenta, el hábito de correr comenzó como un hobby para ella, pero empezó a tomárselo con más seriedad una vez que se fue enganchando.
“Lo hago desde hace dos años, pero esta es mi primera carrera formal. Empecé en unas vacaciones de verano porque no tenía nada para hacer, y como mi mamá salía a correr dije ‘arranco con ella‘ y me copé”, sintetizó Liz, que, justamente, se inscribió junto a su madre en la distancia de 10K.
“Como es la primera vez que corro, estaba muy emocionada por venir”, aseguró, al tiempo que comentó de qué manera se toma los entrenamientos. “Me pongo orgullosa de mí misma cuando hago 10km en una hora o algo así, digo ‘vamos, se puede, se puede‘. En el último entrenamiento hice en una hora, entonces ahí decidí inscribirme en la carrera -apuntó-. Lo hago como hobby, pero me gusta, así que puedo empezar a competir”.
Terán Nores, que estuvo acompañada, además de su mamá, por su abuelo, su papá y su hermana, quienes la apoyaron en la largada y en la llegada de la carrera, anticipa que todavía no sabe qué estudiará cuando termine la secundaria, aunque cuenta que le gusta todo lo relacionado con el medio ambiente.
Pero mientras tanto, ya superada la competencia que marcó su debut como atleta, su cabeza quedó enfocada en la celebración del cumpleaños de 15. Un festejo, lógicamente, muy especial. “Me voy de viaje, a Disney, siempre quise ir”, subrayó, revelando que eligió esa opción antes que organizar una gran fiesta. Sin embargo, eso no significa que no tendrá una juntada con las amigas: “será la semana que viene, el sábado”, concluyó Liz, contagiando el juvenil entusiasmo que derrochó durante su primera experiencia en el apasionante mundo del running.