“Es esencial escuchar cuáles son las necesidades e intereses de las infancias para empoderarlas”

“Es esencial escuchar cuáles son las necesidades e intereses de las infancias para empoderarlas”

El presidente de la Agencia Córdoba Cultura, Raúl Sansica, reivindica la importancia de escuchar y conocer a los niños para definir los proyectos públicos para ese sector.

EN LA FUNCIÓN PÚBLICA. El teatrista Raúl Sansica trabaja en las artes visuales desde hace 35 años y actualmente dirige la Agencia Córdoba Cultura. EN LA FUNCIÓN PÚBLICA. El teatrista Raúl Sansica trabaja en las artes visuales desde hace 35 años y actualmente dirige la Agencia Córdoba Cultura.

“El chico no elige qué espectáculo va a ir a ver. Quien lo hace es un adulto joven o mayor, familiar o de una institución, y es con él con quien empezamos a trabajar para hacer propuestas y así poder crear nuevos públicos, porque armar políticas públicas culturales para la infancia es muy complejo. Lo esencial es partir de escuchar cuáles son las necesidades e intereses de las infancias para empoderar en serio a ese sector y evitar caer en la cuestión pedagógica desde el decir del adulto”.

De este modo define Raúl Sansica, el titular de la Agencia Córdoba Cultura, el perfil institucional de ese organismo (similar en rango al Ente Cultural de Tucumán), en el diseño de planes pensados para los niños. El resultado de ese plan, que viene atravesando distintas gestiones, derivó en la reciente realización del 12° festival internacional dedicado a las infancias y adolescencias, al cual LA GACETA estuvo invitado.

La repartición a su cargo tiene la Comedia Infanto Juvenil y el Elenco Estable de Títeres y Marionetas del Teatro Real, del que Sansica fue director, desde donde despliegan un “programa de sensibilización artística didáctico en coordinación con el Ministerio de Educación”.

- ¿En qué consiste el diseño institucional que tiene la Agencia?

- Somos como el Ministerio de Cultura de la Provincia, y nuestros ejes son inclusión social, itinerancia y territorialidad, patrimonio tanto tangible como intangible, las infancias (para el cual todos los teatros y museos tienen que programar espefícamente pensando en ese grupo), la diversidad y las industrias creativas. Tenemos 37 espacios distintos bajo nuestra administración y dentro de los programas figuran el polo audiovisual, los festivales, territorios culturales y varios proyectos.

- ¿Cuál es el enfoque institucional en el campo de las infancias?

- Nos enfocamos en la intervención en el vínculo intergeneracional, en cómo se vincula la infancia con el adulto y en especial con el adulto mayor, y esa circularidad hace que tengamos público de 0 a 100 años. Estamos cubriendo todo ese espectro y hablando del hoy fundamentalmente cuando hablamos de los niños.

- Con el propósito de empoderarlos...

- Claro, porque si no los empoderamos en serio parece que más que sujetos de derechos, son sujetos de deberes. Para empoderar los debemos escucharlos y eso significa definir cómo nos encontramos, cómo dialogamos y de la realidad que se vive en cada territorio específico. Cada vez que me toca organizar un festival vuelvo a preguntarme por qué, para qué y qué programar.

- Los chicos pueden enseñar muchas cosas.

- Por ejemplo, en el acercamiento a las nuevas tecnologías superan ampliamente el que nosotros podemos llegar a tener. Por eso me pregunto sinceramente cuánto estamos escuchando nosotros a las infancias y si lo hacemos realmente, qué estamos haciendo como adultos para ese trabajo, tanto desde las artes y la cultura como desde otros espacios. Una infancia específica es una señal de clara identidad en el sentido de pertenencia.

- ¿Es un planteo interrelacionado entre las distintas expresiones del Poder Ejecutivo?

- Sí, el Ministerio de Desarrollo Humano tiene el área de infancias, y en otras iniciativas intervienen desde escritores hasta médicos, porque tenemos que trabajar en forma interdisciplinaria lo relacionado con la niñez. La gestión y la política pública tienen que estar trabajando en forma entrelazada, transversalmente y fundamentalmente dialogando con la Nación sobre estos temas. Lo estamos haciendo, hay interlocutores incluso en la crisis que vivimos como país. Entendemos los momentos complejos que atravesamos, pero no podemos dejarlo para mañana, es una prioridad.

- ¿Qué caracterizó al festival?

- El sello distintivo es la continuidad y la permanencia de un evento de titularidad pública, único en el país y en la región. Que se pueda mantener es una característica particular, con un sentido de pertenencia y de trabajo para la infancia y la juventud. La propuesta abarcó 70 localidades; Córdoba tiene 26 departamentos y todos recibieron al menos una actividad. Llegar a cada uno de estos lugares es parte de la política de gestión cultural que tenemos en la provincia.

- Remarcar la importancia de la continuidad como sobresaliente, ¿implica que están en riesgo los eventos culturales?

- Creo que lo estamos viviendo, hay como una discontinuidad, pero estamos trabajando nosotros para mantener esa continuidad. No se debe tomar un festival como un hecho aislado.

MESAS DE DIÁLOGO. Hubo debates productivos y se compartieron experiencias en el Encuentro de Cultura Infancia realizado en Córdoba. MESAS DE DIÁLOGO. Hubo debates productivos y se compartieron experiencias en el Encuentro de Cultura Infancia realizado en Córdoba.

- ¿Cómo se sostiene económicamente?

- Presupuestariamente fue posible por el apoyo directo de la Gobernación, por convicción y por mandato de apoyar los derechos culturales, garantizar los programas artísticos y fundamentalmente con la premisa de la inclusión social y de la accesibilidad a los bienes y servicios culturales de la provincia. A partir de ahí se diseñan los presupuestos. Nada es un episodio aislado de otros programas. Hablando concretamente de infancia y juventud, tenemos elencos estables y espacios específicos, hacemos actividades puntuales durante todo el año. Uno de los ejes estratégicos de la Agencia es que esos grupos etarios atraviesen los ejes de las programaciones para eventos, teatros y museos. Para el festival recibimos aportes del Consejo Federal de Inversiones y hay sinergias con consulados y embajadas para hacer producciones. Hubo más de 110 funciones de elencos de siete países.

- ¿Es una fuente laboral?

- Observamos desde la organización que a partir de 2003 el sector artístico se ha profesionalizado muchísimo, que ya está únicamente haciendo teatro para las infancias sino que aborda la adolescencia. Por eso ampliamos el espectro. La clave para que se vaya creando público es la habitualidad de ir al teatro a ver una función. Tenemos un porcentaje de plateas reservado para lo que se llama el interior real, para que vengan de distintas localidades a conocer las salas de la capital. Es un trabajo que se ve con los años.

- ¿Qué implica el desafío de abordar un territorio tan grande como es todo Córdoba?

- Tenemos un programa itinerante que gira por los 26 departamentos cada tres meses, con alrededor de 250 funciones cada vez. Eso hace a la habitualidad del profesional, a los artistas de los colectivos culturales involucrados, a los gestores que están trabajando para la programación... Es muy difícil desvincular al Estado del sector independiente, del sector privado y lógicamente también del sector académico que empieza a ingresar a trabajar. Nos marca la forma de trabajo. Por ejemplo, con la Empresa de Energía de la Provincia y el Ministerio de Servicio e Infraestructura firmamos un convenio para que se coloquen generadores de energías limpias, con la idea de llegar al 100% del consumo en las áreas artísticas. Queremos concientizar y trabajar desde la infancia en sustentabilidad.

- Junto con el festival, hicieron un encuentro de expertos.

- Iba a ser de Sudamérica pero se amplió un poco más abarcando España. Nos permitió hablar sobre qué está pasando con la infancia y cómo las artes escénicas en particular las atienden para entenderlo. Conocemos cuáles son en la práctica, en la acción, pero debemos ampliar a cómo podemos abordarla más ampliamente. La idea es implementar a futuro líneas de acción sobre cuestiones un poco más macro, e incorporar también las políticas de Iberoamérica (ver “Acuerdo para el futuro”). Como dije en la presentación del festival, de tanto preguntar en estos años fueron surgiendo ideas, propuestas, intentos de acercamiento, más o menos  logrados y algo quedó claro en todos ellos: es indispensable aunar voluntades, buscar las respuestas en el trabajo conjunto de muchas áreas, convocar -entre otros- a educadores, médicos, psicólogos, padres, investigadores pero primordialmente a niños, niñas y jóvenes que quieran contarnos. Abrir la escucha, palpitar a su ritmo, sacarnos la etiqueta de adulto y ver y mirar su perspectiva, abriendo canales para ver con sus ojos y animarnos a jugar con las posibilidades que ellos generosamente nos brindan. Buscarlos implicó salir cada vez más hacia nuevos territorios, donde cada infancia significa y se resignifica por su entorno. Recuperar la particularidad de cada cual para entender que verlos es ver a cada uno, con su historia, con su necesidad, con su vivencia.

› Trayectoria

Raúl Sansica tiene 60 años. Es actor, director de teatro y docente con más de 35 años en las artes escénicas y se desempeñó como titular del Teatro Real, y director del Festival Internacional de Teatro Mercosur, del Internacional de Teatro para Niños y Jóvenes y del Pensar con Humor. Hace 18 años que trabaja en el grupo del Teatro de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Córdoba. Se perfeccionó en Berlín y recibió varios premios y reconocimientos, como los de la Trayectoria otorgados por Atina Argentina y el Festival de Teatro de la Paz.

Acuerdo para el futuro        

El 1° Encuentro Internacional de Cultura Infancia celebrado la semana pasada en Córdoba sirvió de marco para la firma de una Carta Acuerdo internacional entre el presidente de la Agencia Córdoba Cultura, Raúl Sansica; la titular del programa Iberculturaviva de Brasil, Marcia Helena Gonçalves Rollemberg; y el responsable del Consejo Intergubernamental Iberescena (abarca a 17 estados de la región), el panameño Renán Fernández, para definir las bases de colaboración en torno a políticas públicas para el sector que tiendan a la innovación y a la eficiencia.

“El abordaje del trabajo con y para las infancias implica un esfuerzo de integración de distintas disciplinas de estudio y de la información generada por organismos académicos, artísticos, sociales de salud y educación. La conformación de un ámbito compartido de trabajo colaborará a la integración de información, saberes y capacidades, como así también al uso optimizado de los recursos humanos y materiales en una visión y una acción que anticipe la demanda desde una perspectiva innovadora, que incluya la transdisciplina y la incorporación de la tecnología y los nuevos lenguajes”, se plantea en el convenio que derivará en un trabajo colaborativo y sostenido entre los países y sus estructuras.

En ese sentido, los funcionarios destacaron la trascendencia de “asumir la responsabilidad de atender especialmente a las infancias, acompañando en su crecimiento y compartiendo con ellas la motivación, la curiosidad, los valores, la creatividad y la autoconfianza, para crecer en un camino de independencia y autonomía arraigadas en su entorno e identidad”.

Para alcanzar esos objetivos consensuaron “propiciar el ensanchamiento de los horizontes territoriales, porque trascienden las fronteras de los países; favorecer la articulación institucional con organismos y proyectos internacionales del sector público y privado; incentivar el intercambio y circulación de diversos productos culturales y compartir agendas y propiciar su difusión en el ámbito de influencia para democratizar el acceso a ellas”.

La actividad incluyó la realización de numerosas mesas simultáneas de diálogo, en las cuales los expertos compartieron sus experiencias y consensuaron espacios de colaboración por fuera de los marcos formales.

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