El Día de la Lealtad Libertaria
El Día de la Lealtad Libertaria

El peronismo acaba de sumar una fecha más a su icónico octubre. Porque pocas veces el calendario puede ser tan impiadoso y jugar al borde del sadismo. De otra manera no se explica que un sector del justicialismo haya sido determinante para garantizarle oxígeno al libertario Javier Milei, justo una semana antes del Día de la Lealtad Peronista. Y, para colmo, con uno de los asuntos más sensibles para este camaleónico espacio político, como la educación pública. Hay quienes hablan de un ensañamiento del destino, pero otros prefieren adjudicarle esta casualidad de fechas al karma.

El tucumano Osvaldo Jaldo es, otra vez, uno de los protagonistas. Pero en este caso su exposición cobra dimensión por una confluencia de factores. El principal, la irrupción de Cristina Fernández de Kirchner en el rearmado del Partido Justicialista nacional. Hasta ahora, el gobernador podía jugar al peronista libertario con absoluta libertad. E incluso con la tranquilidad de poder gritonear desde esta provincia sobre las culpas del PJ por el estado del país y por la realidad partidaria, sin que nadie pudiera responderle. Pero una cosa es voracear al viento y otra muy diferente es levantar la voz cuando asoma una figura del peso de la ex presidenta.

Nada puede atentar más contra su idea de alambrar Tucumán y gestar un peronismo a la cordobesa que la posibilidad de que Cristina conduzca el PJ a partir de noviembre. Porque nadie imagina un liderazgo permisivo de la ex presidenta. Al contrario, se lanzó al ruedo con la contundente línea de “enderezar lo torcido”. Claro, para que eso se concrete se deben resolver algunas cuestiones. Por ejemplo, que el riojano Ricardo Quintela se baje y que el bonaerense Áxel Kicillof finalmente se decida: hay incógnita porque aunque apoyó a su par del interior, desde que su ex jefa blanqueó sus aspiraciones no volvió a decir nada sobre la interna. “El Gitano” dio muestras de estar dispuesto al desafío: aunque Cristina pidió unidad (insólito en ella, que 2017 formó Unidad Ciudadana para eludir las PASO en el PJ), Quintela presentó el jueves su lista y la llamó “Federalismo y Justicia”, una clara señal al centralista Instituto Patria.

De hecho, no puede resultar casual que la ex jefa de Estado haya salido tan fuerte en contra del transfuguismo político justo después de que Quintela le negara una charla para acercar posiciones. Para muchos, la dura crítica de Cristina fue la carta de confirmación de su postulación. Y el más contundente indicio para Jaldo de que el costo político a pagar por su alineamiento mileísta ya no es una presunción de algunos agoreros, sino una realidad. La potencia de la voz de la ex vicepresidenta es innegable, y el impacto se sintió en el jaldismo, que se puede ver obligado a recalcular. Es sugerente que el jueves, justo después del posteo de CFK, Jaldo haya pegado el faltazo a la inauguración del edificio del Concejo Deliberante de Tafí Viejo, en donde probablemente le habrían consultado por esos dichos.

Así las cosas, los próximos días serán determinantes para Jaldo: vencerá el plazo para la presentación de listas en el PJ o para que haya unidad. Así se develará si Cristina se subió para posicionar finalmente al resistido Eduardo “Wado” de Pedro, como sugieren algunos. O, como creen otros, entre ellos el ex gobernador Juan Manzur, que está decidida a liderar el PJ. De un modo optimista, Jaldo puede jactarse de que si hasta la semana pasada estaba en boca de un diputado o de un ex ministro, ahora lo está en la de una número uno de la política. E incluso que no está en soledad en esa resistencia: porque los punzantes dardos de CFK también parecen haber alcanzado a sus pares Raúl Jalil (Catamarca), Gustavo Sáenz (Salta) y Hugo Passalacqua (Misiones). Los tres aportaron votos o ausencias en el recinto para permitir la ratificación del veto de Milei a la Ley de Financiamiento Universitario. La diferencia con el tucumano es que mientras él jugó a todo o nada con La Libertad Avanza, los otros lo hicieron a medias. Agustín Fernández, Elia Fernández de Mansilla y Gladys Medina terminaron siendo los rostros de la traición peronista. En su defensa pueden aducir la coherencia: en la votación inicial de la ley habían levantado la mano en contra de la norma. Aunque circularon otras versiones, en esta ocasión no dudaron de lo que debían hacer porque la orden de Jaldo había sido clara: ratificar el veto. Si la Casa Rosada presta atención a la secuencia, la retribución hacia Jaldo debería ser mayor. Pero con los libertarios, según admiten varios interlocutores, nunca se sabe qué se puede esperar.

Con este murmullo alrededor suyo, el acto del jueves en Bella Vista adquiere para Jaldo un significado mayor. Por eso tanto recelo en su organización. Las reuniones con dirigentes comunales en El Cadillal y con intendentes en la Casa de Gobierno tuvieron ese propósito: sobreactuar su liderazgo. Quedó expuesto en los discursos de sus ministros y de otras autoridades provinciales.

Con el micrófono encendido, todos defendieron la postura del gobernador frente a la Nación. Regino Amado, por caso, advirtió que los candidatos legislativos del próximo año los definirá el propio Jaldo, que es el conductor de las políticas de gobierno y del partido, aunque no ejerza la presidencia del distrito. “Hoy todos somos Jaldo”, dijo el ministro de Gobierno. El presidente subrogante de la Cámara, Sergio Mansilla, insistió en que las internas se terminaron y que él está firme con el tranqueño. Y Darío Monteros, ministro del Interior, les ofreció garantías de que habrá contención para estar en “movimiento” y llegar a 2027, pasando primero por la posta de 2025. Un día después, con jefes municipales y en la previa de la mencionada sesión de Diputados, el propio Jaldo justificó su posicionamiento nacional. Varios de los intendentes presentes coincidieron en que incluso habló de “temor” a las eventuales reacciones de Milei en caso de que el Bloque Independencia votara diferente.

Al mitin por el Día de la Lealtad, el peronismo tucumano llega cabizbajo y muchos de los presentes asistirán refunfuñando. Igualmente la convocatoria será masiva y la imagen que se transmitirá será la del respaldo que tanto ansía mostrar el gobernador. Sin embargo, por debajo la realidad es otra, porque cada vez son más los reparos y las dudas. El caso más emblemático es el del vicegobernador, Miguel Acevedo. El contador respeta los lineamientos de gestión de Jaldo y por eso guarda silencio, pero cada vez disimula menos su discrepancia con las medidas de ajuste de la Nación. Le costó digerir, según cuentan, el veto a la ley de financiamiento universitario. Por lo pronto, profundizará en este cierre de año su perfil aperturista en la Cámara: los 49 legisladores participarán desde el lunes de una serie de reuniones para relanzar la reforma política y electoral.

Juan Manzur

En el acto central del peronismo tucumano, seguramente, habrá una ausencia notoria: la del presidente del partido, Juan Manzur. Quienes hablan con él admiten que es difícil que asista, más teniendo en cuenta el antecedente de la fiesta de la Empanada en Famaillá. Aquel fin de semana, la presencia del senador junto a José Orellana y a su esposa, la también senadora Sandra Mendoza, enfureció al ministro del Interior. Intendentes que se encontraban en Monteros y que habían anticipado su presencia a los “Mellizos” recibieron llamados para que desistieran del convite. Incluso la diputada Medina se levantó sugestivamente del evento para evitar mostrarse con Manzur. Aunque parezca lejano en el tiempo, los coletazos de ese episodio persisten: al iniciar octubre cayeron decenas de contratos de empleados comunales que respondían al legislador Orellana y a Mendoza. Eso sí, el Ministerio del Interior tuvo la delicadeza de no tocar a los dirigentes del intendente Juan Enrique Orellana, a quien hicieron ir el jueves a Casa de Gobierno a ratificar la conducción de Jaldo, y a la noche a Trancas.

Un bonus track: curioso el derecho de admisión que se aplica en el interior a los festivales municipales. En Famaillá hubo escándalo por la presencia del titular del PJ local, pero el intendente tranqueño Antonio Moreno y su hermano, el legislador Roberto Moreno, ambos manzuristas, recibieron un pedido especial del Ministerio del Interior para que actúen como buenos anfitriones el jueves. Así, en la apertura oficial de la fiesta del Caballo, por la mañana, se mostraron con el ex intendente y ex candidato a vicegobernador de Juntos por el Cambio, Germán Alfaro; y con su esposa la senadora Beatriz Ávila. El otrora matrimonio opositor almorzó con la familia Moreno y hasta conoció el pozo de San Francisco Solano. Y Jaldo, para cerrar la noche folclórica, se mostró en el escenario con Acevedo y con la actual jefa municipal capitalina, Rossana Chahla. “Sólo faltó que pase por Trancas el vicejefe de Gabinete Lisandro Catalán”, bromeó un legislador que se quedó hasta la madrugada en el norte. Pero que no cunda el pánico: en un par de días Jaldo recorrerá esa zona (puntualmente Benjamín Paz) con la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, a quien también recibirá en la Casa de Gobierno. La visita de la ex postulante presidencial de JxC había sido anunciada hace un par de semanas por la senadora Ávila. ¿Será acaso el momento de la reaparición política de Alfaro?

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