Aunque el término "preinfarto" no es médico ni científicamente correcto, se popularizó para referirse a un conjunto de síntomas que podrían ser el preludio de un infarto. Desde el punto de vista médico, lo que realmente ocurre es una angina de pecho, una afección que puede convertirse en la antesala de un infarto si no se trata a tiempo.
Reconocer estas señales es crucial, ya que una rápida detección y atención médica pueden salvar vidas, evitando que el daño al corazón sea irreversible.
Angina de pecho vs. infarto
La angina de pecho y el infarto de miocardio son dos manifestaciones de la cardiopatía isquémica, una enfermedad que afecta el suministro de sangre al corazón. El músculo cardíaco necesita oxígeno y nutrientes, que son suministrados por las arterias coronarias. Cuando estas arterias se estrechan u obstruyen, el flujo de sangre disminuye, causando isquemia, un estado en el que el tejido del corazón sufre por falta de oxígeno.
Existen dos formas de isquemia:
Angina de pecho: cuando la isquemia es transitoria y no causa muerte celular.
Infarto: cuando la isquemia prolongada causa la muerte de células cardíacas, produciendo daño irreversible.
Tipos de angina de pecho: estable e inestable
La angina de pecho estable es una condición crónica en la que los síntomas son previsibles y se controlan con medicación. Generalmente, aparece durante el esfuerzo físico y desaparece al descansar. Este tipo de angina no requiere hospitalización urgente.
Por otro lado, la angina de pecho inestable (lo más cercano a lo que popularmente se conoce como preinfarto) es una urgencia médica. Aparece incluso en reposo y sus síntomas no desaparecen con el descanso. Si no se trata rápidamente, puede evolucionar hacia un infarto de miocardio. En esta situación, el flujo sanguíneo hacia el corazón se ha visto severamente comprometido, y la falta de oxígeno puede causar daño irreversible.
Señales de alerta de la angina de pecho y el infarto
Los síntomas de la angina de pecho y el infarto pueden parecer similares, pero su intensidad y duración varían:
Dolor en el pecho: un dolor opresivo o malestar en el centro del pecho que puede irradiarse hacia los brazos, la mandíbula o la espalda.
Sudoración excesiva.
Náuseas o vómitos.
Dificultad para respirar.
Sensación de angustia o ansiedad.
Mareos o aturdimiento.
La principal diferencia es que el dolor de la angina de pecho suele desaparecer tras unos minutos de reposo o con la toma de nitroglicerina. En cambio, en el infarto, el dolor persiste y no mejora ni con el descanso ni con medicación.
¿Y los síntomas atípicos?
En ciertos grupos, como mujeres, personas mayores o diabéticos, los síntomas pueden ser menos evidentes. En lugar del clásico dolor en el pecho, pueden experimentar malestar general, una sensación repentina de angustia, o incluso náuseas y vómitos. Esto puede dificultar la detección y retrasar el tratamiento.