Por qué el conflicto universitario argentino remite al caso de Chile en tiempos de Piñera
Partícipe de las luchas estudiantiles, el presidente Boric propone reducir las deudas generadas por el sistema de educación superior arancelado de su país. ¿Qué opinan los estudiantes chilenos sobre las tensiones argentinas?
El conflicto universitario de la Argentina es con frecuencia comparado con el de Chile, quizá porque ambos crecieron durante gobiernos de derecha: el del fallecido Sebastián Piñera y del mandatario actual Javier Milei. Si bien existe este punto de contacto, también hay diferencias significativas porque, para empezar, la educación superior es arancelada en Chile mientras que en la Argentina existe una opción estatal gratuita. Y en la actualidad, mientras Milei impuso su veto a la Ley de Financiamiento Universitario en la Cámara de Diputados de la Nación, en Chile, el Gobierno de Gabriel Boric, un dirigente que trascendió durante las luchas universitarias, impulsa un proyecto de ley para aliviar las deudas estudiantiles que aquejan a millones de jóvenes.
En la Argentina existe una puja por el presupuesto. Mientras que las universidades estatales sostienen que, por la inflación y la devaluación, buena parte de sus docentes quedaron por abajo de la línea de la pobreza y que peligra la prestación del servicio, la Casa Rosada esgrime que los aumentos otorgados por el Congreso carecen de fuente de ingresos adicionales y, por ende, son incompatibles con la política de déficit fiscal cero que constituye el eje de la administración de Milei. Además, exigen mayor transparencia y auditorías con el argumento de que existen "cajas políticas" en esas instituciones. Pese a esta disputa, el Gobierno asegura que la educación superior pública y gratuita no está en peligro.
En el país vecino las protestas estudiantiles empezaron hace más de una década, en 2011, por la desigualdad en el acceso a la educación superior. El sistema universitario de Chile es arancelado desde la dictadura de Augusto Pinochet que duró hasta 1990. En 2005 nació el Crédito con Garantía del Estado (CAE), un sistema de préstamos financiado por bancos que muchos estudiantes adquieren para pagar sus estudios universitarios. El instrumento propició un aumento en la matrícula, pero también el endeudamiento de 1.200.000 estudiantes.
Las movilizaciones estudiantiles de Chile se intensificaron durante el mandato de Piñera y alcanzaron su clímax en 2020. Boric, quien fue un líder estudiantil en esas protestas, ahora enfrenta el desafío de reformar un sistema que dejó a muchos con deudas que superan sus posibilidades económicas. La propuesta de Boric, conocida como Financiamiento Público para la Educación Superior (FES), busca condonar parcialmente los pasivos acumulados a través del CAE.
Qué dicen los estudiantes chilenos a los argentinos
Por los antecedentes expuestos, el conflicto universitario se sigue con atención en ambos lados de la Cordillera. Algunos estudiantes chilenos incluso se solidarizaron con la situación que están viviendo sus pares argentinos. “La única forma de hacer ruido es ocupar las universidades”, afirmó Amparo en una reciente entrevista realizada en facultades de Santiago de Chile por el periodista Adrián Salonia.
"Claramente, es un golpe super bajo, sin salarios no hay docentes y sin docentes, no hay universidad. Mi mensaje para los estudiantes es que sean valientes y fuertes, sigan en la lucha", añadió un joven que estaba al lado de Amparo en la entrevista. “Señor Milei, una frase importante que se dijo en Chile es que ‘los estudiantes no lo dejarán dormir si usted no los deja soñar’”, concluyó.
Otro de los estudiantes chilenos entrevistados comentó que ellos vivieron lo mismo que sus homólogos del otro lado de los Andes. “Fue una larga lucha que empezó en 2011, pero que puso en la mesa este debate para que suceda lo que Boric está haciendo hoy”, expresó.
Qué significa el anuncio de Boric para Chile
En uno de sus discursos sobre el tema universitario, Boric afirmó: “hoy el CAE es un problema para todo Chile: para quienes con mucho esfuerzo, mes a mes, lo pagan; para quienes no han podido hacerlo; para aquellos que ni siquiera pudieron terminar sus estudios y, aún así, están endeudados, y, también, para las arcas fiscales. Y cuando los problemas afectan al conjunto de la sociedad es tarea impostergable de la política buscar una solución y corregir”.
El anuncio de Boric, que se produce a pocos días de las elecciones municipales programadas para el 26 y 27 de octubre, busca no solo aliviar el peso de la deuda, sino también establecer un nuevo sistema de financiamiento educativo que garantice la inclusión y el acceso equitativo. Sin embargo, su éxito dependerá de la aprobación legislativa en un Congreso donde no cuenta con mayoría, así como de una gestión eficiente de los recursos.
Ambos países enfrentan un dilema crítico: cómo garantizar una educación de calidad y accesible sin desbalancear las cuentas públicas, en particular en la Argentina, donde el 52,9% de la población está sumergida en la pobreza, según la última medición del Indec. Tanto en la Argentina como en Chile, los estudiantes exigen un futuro donde la formación universitaria sea reconocida como un derecho fundamental.
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