No hay peor enemigo que aquel que no se puede controlar. Ese que no tiene ningún antídoto ni siquiera para contrarrestar. Y la lluvia fue anoche el peor rival. Para Atlético Tucumán y para Tigre. Y eso que la cancha aguantó muy bien. La inversión en el trabajo de Martín Aciar dio sus frutos y por eso los 90 minutos se jugaron sin problemas.
Recién a los 31 minutos del segundo tiempo la lluvia cesó. Y fue casi una señal del destino, porque en ese mismo momento Matías Orihuela tiró un centro al segundo palo que llegó a la posición del incansable Guillermo Acosta, que se la bajó a Marcelo Estigarribia casi en la línea de meta.
Fue la palomita dentro del área chica que desató la locura por algunas milésimas de segundos; hasta que el “gol” mutó en un “uuuh” y se multiplicaron los lamentos. El panzazo al agua que Diego Armando Maradona patentó en las Eliminatorias 2010, cuando era el técnico de la Selección, esta vez no fue de alegría. Increíblemente el cabezazo de Estigarribia se fue desviado y el delantero se quedó con la trucha en el piso por algunos segundos, sin poder creer lo que pasó.
Y la respuesta vino apenas tres minutos después. Santiago González recibió un regalito de Matías de los Santos en el punto penal y venció a Tomás Durso, que le había sacado una pelota magnífica a Eric Ramírez. Con ese gol Tigre se puso 2-1 en rodeo ajeno y empezó a configurar una victoria que lo anima a soñar con salir de la zona roja.
¿Qué habría pasado si entraba la del “Chelo”? La pregunta quedó rebotando en las tribunas del Monumental tras la derrota. Es que Atlético dentro de sus propias limitaciones, más las imprecisiones producto de la lluvia, había tenido las mejores opciones para estar arriba en el marcador con comodidad.
El primer tiempo fue puro potrero, acompañado por una intensa lluvia que le puso el condimento épico y de partido con tintes de final. Es que tanto para Atlético como para Tigre había mucho en juego y por eso ambos mostraron los dientes. Pese a que Domínguez armo una línea de tres en el fondo, cuando Atlético lo atacó se defendió con cinco y muy cerca de Felipe Zenobio, que tuvo una de sus mejores noches, tapando varias pelotas que tenían destino de gol.
La más impresionante fue un remate a quemarropa de Franco Nicola que recibió la pelota tras una buena habilitación de Mateo Bajamich. Ese había sido el primer punto de inflexión de la noche. El “Decano” ganaba bien 1-0 con el tanto de Renzo Tesuri y el primer tiempo llegaba a su fin, pero no pudo ampliar el marcador, dándole una vida más a Tigre y el equipo de victoria la aprovechó.
En la última jugada del primer tiempo, Gonzalo Maroni hizo un surco en el sector derecho de la defensa de Atlético y tiro un centro raso potente, que en el segundo palo encontró a Matías Orihuela, que se llevó la pelota por delante y venció a Durso. Lo que no habían podido hacer ni Monzón ni el propio Maroni, lo hizo el lateral de Atlético; eso sí el “10” de Tigre hizo todo lo que pedía la jugada -y el campo de juego- y por eso el “Matador” se fue aliviado al entretiempo.
En el segundo tiempo el “Decano” había entrado con intensidad para buscar ponerse arriba en el marcador, pero rápidamente se quedó sin piernas, el desgaste físico del primer tiempo se empezó a notar a partir de los 15 minutos, justo cuando comenzaron los cambios de Facundo Sava. Otra vez los suplentes no pudieron torcer el destino de una noche que tenía todos los condimentos para ser una fiesta que Tigre, que a pesar de la victoria sigue en zona de descenso directo, terminó aguando. El “Decano” tendrá 10 días para planificar el cruce con Riestra, con un fin de semana sin fútbol debido a la fecha FIFA. El sueño copero parece esfumarse. Aunque quedan 30 puntos en juego, anoche era un partido clave ante el último de la tabla general y falló.