No es la primera vez que José Izquierdo se embarca en un viaje largo y con muchos significados. En 2016, hizo el “Tour de Tucumán”, en conmemoración al Bicentenario de la Independencia.
“En 2016 hicimos el tour del Tucumán, donde haciendo un homenaje a la declaración de la independencia en Tucumán, por los 200 años, hicimos 200 leguas tucumanas. 200 leguas son 1000 kilómetros sin salir de la provincia y sin recorrer los mismos caminos”, explicó Izquierdo.
“Tucumán es fantástico y gran parte del entrenamiento que nos lanzó a animarse en el desierto de Sahara lo vimos por la ruta 40 y puntualmente cuando recorrimos todo Tucumán”, reveló.
En 2014 también en una nota de LA GACETA, José narraba su travesía por esa ruta 40 a bordo de este vehículo. “Después de recorrer el país y el continente, decidí que debía recorrer mi tierra y así nació todo”, explicó.
La ruta 40 bordea los Andes desde la provincia de Santa Cruz hasta la localidad jujeña de La Quiaca, en el límite con Bolivia. Debido a la gran extensión de la misma -más de 5.000 kilómetros-, Izquierdo decidió dividir el recorrido en tres etapas por año: Norte, Cuyo y Patagonia. Una vez organizado esto, emprendió la búsqueda del vehículo elegido, el 3CV.
El Norte
El contingente de viajeros (él no fue el único) recorrió la provincia a bordo de cinco 3CV. Los tripulantes fueron dos tucumanos, dos alemanes, un barilochense y un dúo entrerriano. Sin repetir caminos, a un máximo de 90 kilómetros por hora y encomendados a la nobleza de 30 caballos de fuerza (un auto moderno tiene por lo menos 90) atravesaron 1.000 kilómetros tucumanos en 10 días, transitando por yungas, desiertos, llanuras, montañas, valles y quebradas.
“En este pedacito del país se replican todos las geografías del continente ¡Tucumán es el ombligo de Sudamérica! En una línea recta es casi la misma distancia de Tucumán a Bogotá que de Tucumán a Ushuaia. Somos un territorio heterogéneo hermoso y casi explosivo”, relató José en ese momento.
Aquella, tal como lo dice, fue la motivación para recorrer el Sahara en 2022 a bordo del mismo auto.
Por qué autos antiguos
Todo parece tener una explicación para Izquierdo. “Me gustan los autos antiguos porque los autos clásicos, de otra época estaban hechos manualmente, por mecánicos, pero eran armados de forma artesanal. Entonces genera o se percibe realmente la mano del hombre”, contó José.