El exministro de Economía, Domingo Cavallo, realizó un análisis detallado sobre la situación inflacionaria en Argentina y advirtió que la desaceleración de la inflación que se observó en los primeros meses del año se ha frenado. En una publicación reciente en su blog, Cavallo explicó que la fuerte baja inflacionaria entre enero y mayo fue consecuencia de la recesión económica y del limitado ajuste en el valor del dólar oficial. Sin embargo, a partir de junio, ese proceso se revirtió, y ahora el Gobierno enfrenta un dilema crucial para continuar en ese camino.
Cavallo explicó que la política monetaria había sido "más bien pasiva" hasta mayo, favoreciendo la desinflación mediante el ajuste fiscal y el manejo cambiario. Sin embargo, a partir de junio, la política se tornó expansiva, lo que, según el economista, permitió una reactivación económica que provocó que la inflación dejara de desacelerarse.
Tras el pico inflacionario de diciembre, el índice de precios al consumidor (IPC) comenzó a mostrar una baja progresiva, alcanzando un nivel cercano al 4% en mayo. Aunque aún no se cuenta con los datos oficiales del INDEC, se espera que la medición de septiembre revele un nuevo descenso en los precios. Las consultoras estiman que la inflación podría perforar ese umbral clave, pero Cavallo advierte que la estabilidad alcanzada está en riesgo debido a la expansión monetaria.
Para el exministro, el dilema del Gobierno radica en equilibrar la continuidad de la baja inflacionaria con la necesidad de sostener la demanda interna y la producción. “El conflicto entre seguir bajando la inflación y apuntalar la recuperación económica está presente”, aseguró Cavallo, señalando que, si bien se han paralizado los reajustes de precios relativos y se han revertido algunos que afectan directamente los ingresos de las familias, esta estrategia no es sostenible a largo plazo.
Cavallo subrayó que el actual escenario económico está marcado por la incertidumbre. Con una economía en recuperación, pero enfrentando presiones inflacionarias, el Gobierno deberá tomar decisiones clave en los próximos meses para evitar una mayor desestabilización del proceso desinflacionario.