Por tercer año consecutivo, Metabici se sumará a La Noche de los Museos, con un recorrido en bicicleta que permitirá a los participantes disfrutar del evento de una manera diferente y sostenible.
Patricio Mitrovich, integrante de la asociación, le contó a LA GACETA: “este año, la comisión de museos extendió la invitación a Metabici para garantizar un recorrido seguro para todas las personas que deseen unirse; por eso el punto de encuentro será a las 17.30, en la esquina de 25 de Mayo y 24 de Septiembre”, precisó.
La primera parada será a las 18 en el Museo Mercedes Sosa, lo seguirá el Museo de la Industria Azucarera (MIA) y el Museo Club Atlético San Martín, cerca de las 20.30.
Continuarán pedaleando hacia el Museo Miguel Lillo a las 21 aproximadamente, luego irán al Museo de la UNT, para terminar en la Casa Museo de la Ciudad en Av. Salta 532. Finalmente, a las 23.45, se rodará de regreso hasta Plaza Independencia para el cierre y desconcentración. Los horarios de llegada a cada museo son aproximados.
Una noche inclusiva
Del evento además participará la Fundación de Lengua de Señas Argentina (Fulsa) que estará realizando noche una interpretación para personas sordas en el Museo Folklórico de la ciudad (24 de Septiembre 565). “En esta oportunidad estaremos accesibilizando la obra teatral “Fantasmas Con Velas” y proyectamos para el siguiente año poder participar de más actividades”, comentó Natalia Ponce, integrante de la fundación mencionada.
El origen de la tradición
La Noche de los Museos es una iniciativa cultural que nació en Berlín en 1997, con el objetivo de acercar el patrimonio artístico y cultural a un público más amplio, abriendo las puertas de los museos en horarios nocturnos y de manera gratuita.
La idea se extendió rápidamente por todo el mundo, llegando a ciudades como París, Buenos Aires y, por supuesto, años después, a Tucumán.
En nuestra provincia, La Noche de los Museos se comenzó a llevar a cabo desde 2008 gracias a la colaboración de los museos integrantes de la Red de Museos Tucumanos (RMT).
Aparece en la agenda cultural como una tradición esperada, permitiendo que tanto locales como turistas disfruten de la riqueza histórica y cultural de los museos en un ambiente diferente, lleno de actividades y muestras especiales.