La Iglesia Católica volvió a brindar un mensaje de preocupación frente a los altos niveles de pobreza que tiene la Argentina, la profundización de la recesión y el estancamiento económico. Lo expuso en un documento firmado por la Comisión Episcopal de Pastoral Social, que es el resultado de dos jornadas de debate en la cuadragésima edición de la Semana Social. Además de esos temas centrales, puso principal atención en el rol del Estado y la atención de la educación pública; y la baja tasa de vacunación en los barrios populares, que permiten que penetren distintas enfermedades en los sectores más vulnerables de la sociedad.
En el documento emitido, la Iglesia señaló que “tiene la responsabilidad de ser una voz profética que denuncie las situaciones que la vulneran, como la pobreza, la exclusión, la explotación”. Además, expresaron que “es necesaria la equidad distributiva como herramienta central para la construcción de la paz social y que el logro del equilibrio social y ecológico debe realizarse a partir de los equilibrios macroeconómicos”.
Los sacerdotes advirtieron sobre la necesidad de que haya “una economía con desarrollo e inclusión” y que el modelo político y económico “debe anteponer la producción a la especulación, la distribución a la concentración y el acaparamiento, el bien común a la rentabilidad sectorial”,
También mostraron su preocupación por “una alta inflación con estancamiento económico” y un alto nivel de “desempleo e informalidad”, además de una “descomposición política”. Apuntaron a la gestión económica del gobierno de Javier Milei al marcar “la necesidad de un Estado presente, renunciando a la autonomía absoluta del mercado para la recuperación sostenible y a largo plazo”.
Fue un claro mensaje al gobierno nacional, que no cree en la presencia del Estado en la gestión y su rol ordenador. Quizás por eso hicieron hincapié en que el estado presente “debe tener un tamaño adecuado y ordenado” pero que “no puede desentenderse de los roles esenciales, como la educación pública”.
Políticas de integración
En ese sentido, marcaron como necesario “fortalecer las políticas de integración socio urbana que cuiden y preserven a los más pobres” para que “no siga creciendo exponencialmente entre nuestros sectores más humildes el narcotráfico, la prostitución infantil, la trata de personas, la violencia brutal en los barrios y todas las formas de criminalidad organizada”.