Un nuevo revés judicial sufrió Cristina Fernández de Kirchner en la causa "Cuadernos". La Cámara Federal de Casación rechazó un pedido de la ex presidenta para anular su elevación a juicio en el caso, un planteo de Cristóbal López contra la confesión de un arrepentido y otro recurso de un empresario procesado.
Así, la Sala III de la Casación con los votos mayoritarios de los jueces Gustavo Hornos y Guillermo Yacobucci, decidió rechazar los recursos de Kirchner, de López y del empresario Rovella. El juez de la Casación Carlos Mahiques votó en disidencia.
La sentencia es un respaldo para el avance del caso hacia el juicio oral y público. La causa está en el tribunal oral federal N° 7 a cargo de los jueces Germán Castelli, Enrique Méndez Signori y Fernando Canero, que dispusieron una seria de medidas de prueba complementarias, incluido un peritaje sobre los cuadernos de las coimas, antes de iniciar el juicio oral, consignó un artículo del diario La Nación.
El caso de los cuadernos se basa en las anotaciones que realizó en cuadernos el chofer del Ministerio de Planificación Oscar Centeno, con los viajes que realizaba con funcionarios a diversas empresas donde recogían bolsos con dinero y los llevaban a dependencias públicas a casas privadas, como el departamento de Recoleta donde vivió Cristina Kirchner. Allí lo recibía Daniel Muñoz, su secretario privado fallecido, con una fortuna de más de 70 millones de dólares invertidos en los Estados Unidos.
En ese caso algunos empresarios declararon como arrepentidos en la instrucción del caso ante el juez Claudio Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli y admitieron haber pagado y recibido pagos para mantener sus contratos de ora pública.
Ahora, con el caso cerca de la instancia oral, los acusados, que son más de 160 están planteando diversos recursos para frenar el juicio o evitarlo.
Duro revés
Uno de esos recursos lo planteó Cristina Kirchner contra el Tribunal Oral en lo Criminal Federal n° 7 que rechazó su planteo para anular el requerimiento de elevación a juicio del fiscal, el auto de elevación a juicio del juez y todos los actos posteriores, en cuanto a las acusaciones de cohecho pasivo. La defensa planteó un recurso de Casación que fue rechazado y ahora presentó una queja, también rechazada.
Los jueces dijeron que su defensa “no logra refutar de forma adecuada la ausencia del presupuesto objetivo de admisibilidad” del recurso, ya que el fallo que atacó no es una sentencia definitiva o equiparable. Dijero los jueces que “las decisiones que admiten o deniegan nulidades, por regla, no constituyen sentencia definitiva pues en esta materia prima un criterio de interpretación restrictiva”.
Dijeron que tampoco se acreditó una cuestión federal “de entidad suficiente” ni otra circunstancia que habilite la competencia de la Casación. “En consecuencia, corresponde rechazar la queja interpuesta por la defensa particular de Cristina Fernández de Kirchner, con costas”, dijeron los jueces.
La misma resolución le dieron al planteo de Cristóbal López. El empresario cuestionó la decisión del tribunal oral que planteó la nulidad de la declaración del arrepentido Ernesto Clarens, un financista que admitió que recaudaba los sobornos de los empresarios que se descontaban de los anticipos de obra y explicó como funcionaba la maniobra.
López reclamó la nulidad de la declaración de Clarens, de la citación a prestar declaración indagatoria, su procesamiento, el requerimiento de elevación a juicio y el auto de elevación a juicio, todo basados en ese relato. porqué dijo que constituyen “frutos del árbol venenoso´”, es decir arrastran la nulidad inicial.
Contra ese fallo del tribunal oral que rechazó al nulidad, la defensa de López interpuso un recurso de Casación que fue rechazado y otra una queja, que también fue rechazada por dos votos, de Yacobucci y Hornos, contra uno de Mahiques, como en el caso anterior. Los argumentos son similares a los esgrimidos ante el planteo de la defensa de Cristina Kirchner.
Y en el caso de Mario Rovella, el empresario planteó un recurso contra el fallo que rechazó su sobreseimiento ante lo que entendió que no se trataba de ningún delito. Rovella admitió entregas de dinero a Clarens, pero al mismo tiempo firmó un acta ante un escribano donde señaló que estaba obligado a declarar así para que Bonadio no lo encarcelara.