25 Febrero 2005
La ex agente Ema Gómez, acusada por el homicidio del juez de Menores Héctor Agustín Aráoz, habría estado consumiendo cocaína en la época en que se produjo el crimen, el 26 de noviembre pasado. Eso se deduce de un informe que, según trascendió de fuentes tribunalicias, recibió ayer el fiscal de Instrucción Guillermo Herrera.
El informe, remitido por personal de la Policía Científica, indicaría que en una muestra de orina de la acusada se encontraron rastros de cocaína y de ansiolíticos. La muestra se tomó un día después del homicidio, ocurrido en la casa del juez, en avenida Aconquija 2.950, en Yerba Buena. La misma noche del hecho, Gómez ya había sido detenida y, aunque en esas circunstancias le dieron calmantes pues sufrió una crisis de nervios, esto no tiene nada que ver con los restos de cocaína.
Durante su detención, el abogado de Gómez, Mario Mirra, indicó que ella estaba sufriendo el síndrome de abstinencia, aunque no había advertido a qué droga era adicta. Al mismo tiempo, la Policía sorprendió a un menor en momentos en que le llevaba cigarrillos de marihuana.
Los teléfonos
En la causa todavía hay varias medidas por realizarse, aunque la mayoría de ellas ya está ordenada. En las últimas semanas declararon operadores del teléfono 101 (emergencias), ya que en el informe que recibió el fiscal de parte de las compañías telefónicas se advierte que el día del homicidio Gómez marcó desde su celular al menos tres veces ese número. El problema es que, según la empresa de servicios (CTI, Unifón o Personal), el 101 comunica con el D3 (Departamento Operaciones) o con el Comando Radioeléctrico. Ahora deberán llamar a los operadores de esta última dependencia para declarar. Al fiscal aún no le llegaron las pericias telefónicas de los otros seis aparatos que están secuestrados en la causa.
Los resultados le permitirán a Herrera saber a ciencia cierta con quién habló la acusada el trágico día.
Por el homicidio también está arrestado el oficial de Policía Alejandro Darío Pérez, con cuya arma -según las pericias- se realizaron los nueve disparos que mataron a Aráoz. El jueves de la semana pasada Pérez había pedido ampliar su declaración, pero finalmente se retractó, pues, según dejaron trascender, el policía habría sido amenazado. En los próximos días se tomarían otras declaraciones, que podrían aportar importantes datos a la causa.
Un juez rechazó la recusación del fiscal
El juez Juan Francisco Pisa rechazó ayer el pedido de recusación que había presentado el abogado Mario Mirra, defensor de Ema Gómez, contra el fiscal Guillermo Herrera. De esta forma la causa seguirá siendo investigada por Herrera.
El defensor se había quejado por la exposición mediática que, según él, le había imprimido el fiscal a la causa, pues con lo que estaba saliendo a luz, indicó el abogado, en muchos casos se vulneraba el derecho de defensa.
En tanto, una pericia fundamental que se realiza en Buenos Aires, y que aún está en proceso, es la de ADN.
Todos los involucrados en el caso, desde la víctima hasta los acusados, tienen el mismo tipo de sangre, 0 positivo. El análisis de ADN permitirá entonces identificar certeramente las muestras tomadas en el lugar del crimen y en la ropa que está secuestrada en la causa. En ese sentido, será fundamental el análisis de los cabellos que tenía el juez en la mano. En caso de que correspondiera a alguno de los dos acusados, el caso estaría prácticamente cerrado.
El informe, remitido por personal de la Policía Científica, indicaría que en una muestra de orina de la acusada se encontraron rastros de cocaína y de ansiolíticos. La muestra se tomó un día después del homicidio, ocurrido en la casa del juez, en avenida Aconquija 2.950, en Yerba Buena. La misma noche del hecho, Gómez ya había sido detenida y, aunque en esas circunstancias le dieron calmantes pues sufrió una crisis de nervios, esto no tiene nada que ver con los restos de cocaína.
Durante su detención, el abogado de Gómez, Mario Mirra, indicó que ella estaba sufriendo el síndrome de abstinencia, aunque no había advertido a qué droga era adicta. Al mismo tiempo, la Policía sorprendió a un menor en momentos en que le llevaba cigarrillos de marihuana.
Los teléfonos
En la causa todavía hay varias medidas por realizarse, aunque la mayoría de ellas ya está ordenada. En las últimas semanas declararon operadores del teléfono 101 (emergencias), ya que en el informe que recibió el fiscal de parte de las compañías telefónicas se advierte que el día del homicidio Gómez marcó desde su celular al menos tres veces ese número. El problema es que, según la empresa de servicios (CTI, Unifón o Personal), el 101 comunica con el D3 (Departamento Operaciones) o con el Comando Radioeléctrico. Ahora deberán llamar a los operadores de esta última dependencia para declarar. Al fiscal aún no le llegaron las pericias telefónicas de los otros seis aparatos que están secuestrados en la causa.
Los resultados le permitirán a Herrera saber a ciencia cierta con quién habló la acusada el trágico día.
Por el homicidio también está arrestado el oficial de Policía Alejandro Darío Pérez, con cuya arma -según las pericias- se realizaron los nueve disparos que mataron a Aráoz. El jueves de la semana pasada Pérez había pedido ampliar su declaración, pero finalmente se retractó, pues, según dejaron trascender, el policía habría sido amenazado. En los próximos días se tomarían otras declaraciones, que podrían aportar importantes datos a la causa.
Un juez rechazó la recusación del fiscal
El juez Juan Francisco Pisa rechazó ayer el pedido de recusación que había presentado el abogado Mario Mirra, defensor de Ema Gómez, contra el fiscal Guillermo Herrera. De esta forma la causa seguirá siendo investigada por Herrera.
El defensor se había quejado por la exposición mediática que, según él, le había imprimido el fiscal a la causa, pues con lo que estaba saliendo a luz, indicó el abogado, en muchos casos se vulneraba el derecho de defensa.
En tanto, una pericia fundamental que se realiza en Buenos Aires, y que aún está en proceso, es la de ADN.
Todos los involucrados en el caso, desde la víctima hasta los acusados, tienen el mismo tipo de sangre, 0 positivo. El análisis de ADN permitirá entonces identificar certeramente las muestras tomadas en el lugar del crimen y en la ropa que está secuestrada en la causa. En ese sentido, será fundamental el análisis de los cabellos que tenía el juez en la mano. En caso de que correspondiera a alguno de los dos acusados, el caso estaría prácticamente cerrado.
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Héctor Agustín Aráoz