El aumento de incendios en la provincia ha sido impulsado por factores climáticos y ambientales, sumados a las actividades diarias de la población. Según datos satelitales de NASA y Conae, en el último trimestre se registraron 713 focos de calor en julio, 1.251 en agosto y 909 hasta el 21 de septiembre, en contraste con los 282, 807 y 386 en los mismos meses de 2023. Sin embargo, no todos los focos de calor representan incendios, ya que varios pueden ser parte de un mismo evento. Este aumento notable refleja condiciones como altas temperaturas, baja humedad, vientos y biomasa seca, que favorecen los incendios. La correcta interpretación de estos datos es clave para dimensionar el problema y gestionar mejor los riesgos. Además de identificar incendios, esta información contribuye a planificar estrategias de prevención y mejorar la capacidad de respuesta. El impacto ambiental, social y económico es significativo, afectando a toda la comunidad. Por ello, es esencial generar conciencia, prepararse y construir un nuevo contrato social que fomente la acción conjunta de todos los actores involucrados para enfrentar mejor las futuras temporadas de incendios.
Roberto Vega