En las vísperas del Rosh Hashaná (año nuevo hebreo) 3 de octubre de 2024 - 1de tishrei 5785, deseo compartir estas reflexiones. La soberbia y la prepotencia son las peores consejeras del hombre. Debemos aprender de la historia que ninguna guerra tiene ganadores, siempre pierde el ser humano. ¡Justicia infinita! No nos dejemos llevar por los impulsos y la irracionalidad. Es mejor que usemos la inteligencia del hombre y el avance de la tecnología y de la ciencia para construir un mundo más civilizado donde todos los habitantes del planeta podamos vivir mejor, donde la distribución de la riqueza en forma equitativa conduzca a la igualdad para evitar todos los males que hoy nos aquejan. Con sólo pensar que destruir con amenazas permanentes por parte del estado terrorista de Irán, y sus protegidos Hamas y Hezbollah , para eliminar al estado de Israel .Teniendo en cuenta que su pueblo, como los pueblos de Siria y el Líbano que son poblaciones civiles indefensas que ya están padeciendo por años el hambre, la miseria, el exilio y la muerte, provocados por la inhumana intervención fundamentalista de ese nefasto estado. El mundo ha sido creado para construir, no para destruir. Agudicemos nuestro ingenio para evitar la destrucción masiva de la humanidad; usar nuestra inteligencia y todo el dinero que se gasta en guerras sin sentido, invertirlo en rectificar las políticas de asistencia humanitaria a los millones de seres humanos que claman en el mundo por igualdad para poder sobrevivir. Todos los fundamentalismos deben ser combatidos y erradicados racionalmente y no por la fuerza. Los hombres sabios del mundo deben reunirse y analizar con justicia y humanidad cuáles son los caminos que nos conducen a la refundación de un mundo mejor, evitando la irracional destrucción de todo lo bueno que tiene el planeta Tierra. Hagamos votos para que reine la cordura entre los hombres para lograr definitivamente la concordia entre las naciones y los pueblos sin distinción de credos, razas, ni de condiciones sociales. Busquemos entre todos los que pensamos en positivo, que es la mayoría de la clase humana, para que reine en el mundo lo que todos anhelamos. Paz, Salam, Shalom.
Federico Yurcovich