Daniel Hendler ha trabajado en numerosas películas para el cine y la televisión, ha sido guionista y como director hizo cortos y tres largometrajes.
“El cabo suelto”, su último proyecto, ganó el premio de la industria Wip Latam en el Festival de San Sebastián, y está protagonizado por Sergio “Negro” Prina.
En una entrevista con este diario cuenta que colaboró con “Socket 2” (el falso documental de Patricio García), pero aclara que no fue “de onda”. “Me ofrecieron el pasaje y unas ricas empanadas tucumanas, algo a lo que no me pude negar, más aun conociendo “Socket 1”, el primer corto de Patricio García, que me pareció divertido y muy particular”.
“El cabo suelto” trata de Santiago, un cabo de la policía argentina, que cruza la frontera hacia Uruguay huyendo de otros agentes policiales que lo andan buscando. Valiéndose de su uniforme, va inspeccionando puestos de comida regional, probando lácteos y embutidos para sobrevivir, al tiempo que intenta pasar desapercibido entre los lugareños. Sin dinero ni hospedaje pero con empatía y astucia, comienza a tramar una nueva vida, recibiendo la ayuda de personajes locales que va cruzando en el camino e, incluso, encuentra a quien cree puede ser el amor de su vida, se indica en la sinopsis.
Para “Negro” Prina fue una gran experiencia trabajar con Hendler. “Gracias por la mirada, la obsesión y la calidez. Te quiero viejo!”, escribió en su cuenta de Instagram. “Su personaje, Santiago, necesitaba de un actor que generara una empatía inmediata y yo sabía que el ‘Negro’ sería una garantía”, le dijo a LA GACETA el director que, con sinceridad, no quiso reiterar cosas que ya dijo en otros medios.
Batalla cultural
Daniel Hendler no es ajeno a la situación del cine argentino, eso sí; aunque reside en el país, el uruguayo no se olvida de su tierra. “Se proclama una batalla cultural que, en la realidad, se parece más a una guerra contra la cultura, lo que es un error porque la cultura va a resistir de todos modos”, define.
En el diálogo, además, adelanta que ya está escribiendo un nuevo largometraje, mientras espera terminar con el proceso de “El cabo suelto”.
- En los diferentes roles que cumplís has encontrado una zona de confort, o, como pienso, no sólo no querés quedarte ahí, sino que deseas desplazarte de un lugar a otro...
- Desde que soy chico me gustan el teatro y el cine. Me gusta contar y que me cuenten historias. Al principio me inventaba historias y jugaba a creérmelas, supongo que era como una forma de escape. Luego empecé a trabajar con eso.
- Ganaste diversos premios, con este de San Sebastián ¿qué parte de “Un cabo suelto” pensás postproducir o completar?
- “Un cabo suelto” fue seleccionada para competir en la sección “Work in progress” de San Sebastián, junto a otras películas que están semi montadas, iniciando el proceso de postproducción. Aún le faltan varios procesos de ese camino a la película (edición y mezcla de sonido, corrección de color, efectos digitales, conformado de DCP y otros procesos que son costosos y que el premio nos facilita).
- Te pregunto por el cine argentino en este momento en que está tan atacado...
- Sobre esa situación, no sé qué se puede agregar a todo lo ya dicho. El problema político parece afectar a todas las industrias, pero el ensañamiento con el cine es extraño porque se trata de una pequeña industria que, además de su valor cultural, moviliza diferentes sectores de la economía, genera rentabilidades directas e indirectas, crea puestos de trabajo a corto plazo y genera identidad, entre tantos otros valores. El ataque sólo se explica bajo la suposición de que la cultura está llena de “zurditos”. Es verdad que es un ámbito naturalmente sensible a los problemas sociales, pero también se caracteriza por su tendencia a la discusión y su heterogeneidad ideológica. Se van a perder puestos de trabajo y acuerdos internacionales que se consiguieron con muchos años de trabajo y crecimiento.
- Sé que algo tenés con Tucumán. Viniste para colaborar con “Socket”, de onda...
- Corrijo: no fui de onda a colaborar en “Socket 2”. Me ofrecieron el pasaje y unas ricas empanadas tucumanas, algo a lo que no me pude negar, más aún conociendo “Socket 1”, el primer corto de Patricio García, que me pareció divertido y muy particular. Su invitación a participar en la segunda parte me conmovió, y gracias a eso pude conocer a varios de los genios tucumanos (Agustín Toscano y Ezequiel Radusky, el salteño Daniel Elías que por esas épocas vivía en Tucumán, y a Patricio, entre otros que fueron parte del corto). Al negro Prina lo vi trabajando en “Los dueños” y en “El Motoarrebatador”, y tuve el gusto de actuar con él en la primera temporada de “División Palermo”. Un encanto de actor y de persona. Trabajar con él en “Un cabo suelto” fue un lujo; es un actor astuto y preciso, que pone el cuerpo y escucha en función del juego colectivo. Su personaje, Santiago, necesitaba de un actor que generara una empatía inmediata y yo sabía que el “Negro” sería una garantía.
Frases
Al medio de comunicación variety.com, el director, actor y guionista afirmó que “es una película sobre la esperanza de cambiar el destino y, al mismo tiempo, la dificultad de lograr esa utopía de diluir los límites del territorio. La frontera, la que existe entre los lugares en los que se enmarca la historia, es mucho más que una circunstancia geográfica: es la imposibilidad de escapar de nuestros propios límites”, aseguró.
Cuando LA GACETA le preguntó sobre esas frases, prefirió no responder.