Café en el desayuno, después del almuerzo, a la siesta, antes de dormir, como postre, en minutos de espera, en una charla. Son miles las oportunidades que ameritan tomar un café. Sin embargo, su consumo en exceso puede ser perjudicial para la salud. Por eso es siempre útil contar con alternativas igualmente deliciosas que aporten beneficios diferentes al cuerpo.
Se estima que en Argentina el consumo de café crece año a año. Según un informe del siti Somos El Café, en nuestro país se calcula que el promedio anual es de 208 tazas por habitante, siendo el café instantáneo la variedad más elegida.
Cuáles son las opciones alternativas del café
Té verde matcha
El té matcha es una infusión originaria de China pero popularizada en Japón que se utiliza en su versión en polvo. Su cultivo se hace a la sombra, lo que permite que la plante incremente sus niveles de clorofila y antioxidantes mientras crece.
Un solo gramo de té matcha, por ejemplo, tiene 137 veces más antioxidantes que un gramo de té verde normal y 53 veces más que las espinacas. Tiene 35 mg de cafeína (como un café expreso) y es, además, rico en antioxidantes y vitaminas (A, B2, C, D, E y K), potasio, proteínas, calcio, hierro y clorofila, elementos que protegen contra los radicales libres responsables del envejecimiento.
Té yaupón
Es una bebida de hierbas alta en cafeína -entre 30 y 60 miligramos por taza- y teobrmina que se presenta como buena alternativa para el café. Surgió en Estados Unidos, crece particularmente en la flora silvestre de Carolina del Norte y tiene un sabor parecido al té verde.
La teobromina es una sustancia similar a la cafeína que funciona como estimulante suave, con acidez más baja y como laxante suave. También reduce la inflamación por los polifenoles extraídos de las hojas de yuapon.
Kombucha
La kombucha, un té fermentado, es célebre por sus beneficios para la salud intestinal y sus suaves efectos estimulantes. Conserva algunos de los compuestos bioactivos del té, entre ellos entre un 3 y 6% de cafeína, dependiendo de cómo se prepare.
Los probióticos que contiene la kombucha son buenos para los intestinos. Una microbiota saludable está relacionada con la mejora de funciones cognitivas como la atención, la memoria y el aprendizaje.