A más de 4.000 metros de altura sobre el nivel del mar se alza un destino turístico coronado por un cautivante montículo de agua congelada. El lugar es conocido como géiser de Catua o géiser de Huaytiquina, por las localidades que lo rodean. Por la particular forma que adopta, producto de la expulsión de agua y los vientos, también es conocido como el géiser de hielo.
Si se parte de Tucumán, llegar al géiser de Catua toma apenas un poco más que viajar hasta Córdoba. ¿La diferencia? No hay poblaciones cercanas listas para recibir a los turistas, los caminos no están pavimentados y las rutas que atraviesan montañas y cañones están totalmente privadas de conexión a internet o para llamadas.
Cómo llegar al géiser de Catua
Aunque uno de sus nombres hace referencia a Catua, la localidad jujeña que se encuentra a menos de dos kilómetros, esta fuente hidrotermal se encuentra del lado chileno de la frontera. Para llegar hasta él hay que atravesar un paisaje árido y llegar por un camino de tierra suelta en el que hay muy pocas demarcaciones.
Los recorridos turísticos para llegar a él suelen tomar la ruta nacional N° 40 hasta su unión con la ruta nacional N° 51 en Munano, Salta. Desde allí empieza el recorrido que sigue el límite entre Salta y Jujuy hasta llegar a la ruta N° 37 que lleva a los viajeros a Catua. Al salir de la localidad, un camino de ripio guía a los paseantes al géiser.
Cómo se forma el géiser de Catua
El fenómeno, conocido por su asombrosa erupción de agua caliente que se transforma en hielo, es el resultado de condiciones hidrogeológicas especiales presentes en la región de Catua. Quienes llegan a destino aseguran que ningún visitante tiene una foto igual a la de otro por las constantes modificaciones que la naturaleza imprime sobre el géiser.
El líquido subterráneo hierve bajo la superficie, las burbujas de vapor ascienden y, al encontrar agua fría en la superficie, se produce la liberación casi explosiva y espectacular de agua y vapor, seguida de la formación de hielo debido a las bajas temperaturas.