Golpe al bolsillo: octubre no escapa a los incrementos de precios

Golpe al bolsillo: octubre no escapa a los incrementos de precios

Habrá reajustes en tarifas, alquileres y prepagas y se espera una baja en las naftas

COMBUSTIBLES. Pese a lo que se había dicho, hasta ahora no se concreta una baja en el precio de las naftas. COMBUSTIBLES. Pese a lo que se había dicho, hasta ahora no se concreta una baja en el precio de las naftas.

¿Baja la nafta?, se le consultó a un playero de una estación de servicio. “Hasta ahora, solamente del camión al tanque”, respondió con cierta jocosidad. Las empresas petroleras, particularmente YPF, todavía no confirmaron si es que, a partir del primer minuto de octubre, operará la reducción de entre un 1,5% y hasta un 3% en el valor de los combustibles. “Tanto en la baja como en las subas, YPF no anticipa los movimientos de precios”, reconoce a LA GACETA uno de los principales empresarios de la actividad. Usualmente, la compañía petrolera de bandera nacional suele comunicar, de manera remota y automática, a las expendedoras cuánto es lo que tienen que reajustar en las pizarras de las estaciones de servicio, sin intervención de los propietarios de esos negocios.

“Si el petróleo baja, los usuarios no tienen por qué subvencionar a YPF, no es justo que tengamos una ganancia por encima de lo lógico”, había dicho el titular de esa petrolera, Horacio Marín. La caída del precio internacional de barril del petróleo es la causa de una eventual reducción del precio al consumidor. Los empresarios aguardan que, aun cuando es una mínima baja, contribuya a recuperar el consumo que, hasta ahora, ha caído en torno de un 15% en lo que va del año. Lo que es peor para el negocio, los automovilistas prefieren más la nafta súper que la Premium por una cuestión de costos.

La nafta es un disparador para el resto de los precios. Por ejemplo, el transporte puede reducir -por volumen- el gasto en combustible; algo similar ocurre con algunos contratos de alquiler que fueron pactados no con la variación del Índice de Precios al Consumidor, sino con el valor de la nafta. De hecho, para el mes que arranca se prevé la revisión de los contratos de la vieja ley de alquileres.

Paralelamente, las empresas de medicina prepaga comenzaron a enviar sus notificaciones a sus afiliados acerca de incrementos en las cuotas que pueden promediar el 5%. Otro reajuste que no hay que perder de vista se vincula con las tarifas de los servicios públicos privatizados, como la luz o el gas. En el Gobierno nacional admiten que se autorizarán aumentos (estimado en el 4% mensual) para mantenimiento del servicio, más que para rentabilidad de las distribuidoras.

Por todo esto, el nivel de inflación mensual comienza a mostrar limitaciones en su desaceleración, ya que agosto se constituyó como el primer mes del año donde las proyecciones de mercado fueron menores al nivel registrado. No obstante, si bien es un objetivo esperable para la actual gestión, el contexto de ese desempeño expone un marco sesgo contractivo y de control de los aumentos de los principales precios de la economía como el tipo de cambio y los servicios públicos, sostiene el economista Martín Calveira, del IAE de la Universidad Austral.

La persistencia en la desaceleración de la inflación minorista comienza a exponer los límites del programa de ajuste, aun si se sitúa en torno al 4% mensual. Tanto el efecto inercial, los nuevos impulsos derivados por el intento de ajustar precios relativos como la premisa del gobierno de seguir sincerando precios, no solo matizarán el efecto de la contracción monetaria, sino que evidencian la necesidad de la recuperación de la demanda de dinero, puntualiza Calveira. En definitiva, es el componente faltante de un círculo virtuoso de recuperación nominal tras el ajuste inicial.

A su criterio, las expectativas de mercado persisten en la desaceleración aunque esto se limita al ajuste de precios relativos. Desde el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del Banco Central se deriva que la inflación para este año se registrará en 125% lo que representa una nueva disminución respecto del informe anterior elaborado en base a los sondeos a analistas y a consultoras privadas. Mientras que en la proyección de inflación para 2025 la disminución sería hasta 38% y en 2026 se establecería en 23%.

Estimaciones

En términos mensuales, acota el economista, las estimaciones de mercado sitúan a la inflación en un promedio de 3,6% en el último cuatrimestre del año. Entretanto, las proyecciones correspondientes a septiembre y octubre se establecen en 3,5% y 3,8%, respectivamente.

La inflación parece que no puede perforar el piso del 4%. El indicador más claro de esto es la suba en los alimentos y bebidas sin alcohol, los cuales aceleraron por segundo mes consecutivo en agosto (3,6%). El aumento en los servicios, sobre todo en las tarifas públicas, es una de las grandes preocupaciones: los gastos relacionados a Vivienda, Agua y electricidad subieron un 7%, acumulando un 29,7% en los últimos tres meses. La historia no cambiará en el futuro cercano, teniendo en cuenta que se anunciaron más aumentos a futuro, advierte el economista Nery Persichini.

El cable y el celular: el reajuste rondará un 4%

Las facturas del servicio de televisión por cable y la de la telefonía celular no le escaparán al incremento. De acuerdo con las estimaciones de las compañías prestatarias de esos servicios, el aumento rondará el 4%. La actualización de esos valores responde al proceso de desregulación de la economía que viene motorizando el Gobierno nacional. Hasta hace poco, había limitaciones para subir el costo de internet, de los celulares y del cable.

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