Algo cambió en las últimas semanas. Una idea sobre el futuro venía dando vueltas en el hombre de Trancas. Hasta que ese pensamiento - cada vez más recurrente- se convirtió en una decisión. Una determinación política en cabeza de quien ejerce el cargo de mayor poder institucional y en su movimiento es relevante porque puede condicionar no sólo el porvenir propio, sino el de muchos. En los despachos del poder, saben que Osvaldo Jaldo se está ocupando de la reactivación del justicialismo local y de las instancias electorales que vienen. En ese contexto, fuentes inobjetables de la Casa de Gobierno aseguran que ya tendría definido ir por la reelección en 2027.
El mandatario cumple hoy 11 meses como gobernador electo. En este corto período, escuchó las versiones sobre quienes -en el oficialismo y en la oposición- se prueban con soltura los trajes y vestidos de posibles sucesores. Y sugiere que deberán guardarlos, dicen que bromea. Probablemente haya medido las acciones y declaraciones de los involucrados en los runrunes y haya analizado los panoramas local y nacional. Muy seguramente, también ha visto encuestas.
Hasta no hace mucho tiempo, Jaldo deslizaba ante los suyos que emprendía la gestión con el 2027 como meta y no como otra largada. Consideraba que los años por delante eran suficientes para desarrollar sus proyectos y veía su futuro en el Senado, ese lugar al que van los ex mandatarios a recuperarse de la adrenalina del poder provincial. Se pensaba a sí mismo más dedicado a su campo y con más tiempo para la familia. Así transcurrió la primera etapa de su gestión. Aunque la política partidaria le es naturalmente inherente, estuvo enfrascado en los menesteres del día a día, en la administración de las finanzas y de las relaciones con la Nación y en resolver los problemas sociales. Sin indirectas, sostuvo ante quien quiso oír que el panorama que le dejó su antecesor Juan Manzur fue desastroso.
Hay un detalle clave que da cuenta de qué pensaba Jaldo en esas instancias iniciales. A mediados de julio, anunció que impulsaría una reforma de la Constitución y en su borrador personal figuraba el poner como límite un sólo mandato para cargos ejecutivos y legislativos (actualmente se permite una reelección). Esta postura, rechazada por su propios dirigentes, era entonces una manifestación de sus propias intenciones.
Parte de sus allegados creyeron en que realmente había Jaldo por cuatro años y que lo que venía sería otra pelea fratricida en el justicialismo por reemplazarlo. De hecho, hasta arriesgaban una vuelta del manzurismo al ruedo provincial. Afirmaron que mencionaba la posibilidad con demasiada firmeza y, los que lo conocen, saben que es muy difícil que cambie de opinión sobre algo. Hubo quienes, inclusive, especularon sobre su estado de salud.
Otro segmento, de incrédulos, que ronda el palacio de 25 de Mayo y San Martín desde hace varios gobernadores nunca confió en ese límite autoimpuesto y opinó que la mutación era lógica y previsible.
En este último mes, más asentado en el Ejecutivo y con su equipo ajustado, estuvo planificando y habría dictaminado ir por la continuidad ¿Por qué cambió de parecer? Habría caído en la cuenta de que en una gestión cuatro años pasan rápido y los planes se concretan más lento de lo previsto. Sostendría en su entorno que quiere hacer transformaciones de fondo en la provincia y que eso requiere más tiempo. Además, le llevó 40 años llegar a ser el conductor del PJ y se nota que lo está disfrutando. El poder es el poder.
Y ahora sin titubeos, así como quien se planta en una interna feroz o impulsa una reforma de la Carta Magna, Jaldo habría tomado esta otra decisión.
Desde la Cocha…
Una tragedia empujó a la dirigencia local a ponerse en modo electoral antes de lo previsto. El fallecimiento de Leopoldo “El Puma” Rodríguez, intendente de La Cocha, conmocionó a la política. Por lo poco que llevaba de este mandato, la Ley de Municipalidades marcó que debía haber un llamado a nuevas elecciones y así se hizo. Rápidamente, Jaldo firmó la convocatoria a las urnas para el 24 de noviembre y la Junta Electoral Provincial (JEP) aprobó el calendario y lo puso en marcha.
El viernes se presentaron los frentes y alianzas que pretenden participar de la contienda. De acuerdo con datos de la JEP, se anotaron dos frentes y tres partidos. Las alianzas Frente por la Cocha (tiene como columna al PJ) y el Frente Unión por la Cocha (es de la oposición). Luego, están los partidos que son de la oposición Ciudadanos contra la Corrupción, Juntos y Organizados para la Victoria y Movimiento Popular y Federal.
Dentro de un mes, las agrupaciones anotarán sus candidatos y comenzará la campaña oficialmente.
Las fuerzas que se interesaron en estar, están convencidas de que la contienda será un aperitivo de las nacionales del año que viene. La Cocha es uno de los distritos más pequeños de la provincia: la última vez votaron para intendente poco más de 8.000 ciudadanos. Pueden servir, sin embargo, como una especie de termómetro porque son los primeros comicios en Tucumán durante la era Jaldo y con Javier Milei en la Nación.
Todos saben que el escenario es complejo e incierto. Las elecciones se concretarán además en un contexto económico y social espantoso en el país. A esto se suma que hay novedades en la oposición. Hay dirigentes que eran disidentes y ahora trabajan con Jaldo; el radicalismo está partido en dos o más partes; irrumpió La Libertad Avanza (LLA) como partido en formación y se disolvió Juntos por el Cambio (JxC).
El justicialismo local picó en punta y sacó ventaja. Jaldo movilizó a sus referentes y cabezas de acoples por el Oeste y esta semana bendijo a la candidata y al nuevo conductor de esa línea. El peronismo oficialista se abroqueló tras Gabriela Rodriguez en el Frente por la Cocha, quien buscará reemplazar a su padre. Mientras que su hermano, el legislador Leopoldo “El Pumita” Rodriguez, quedó a la cabeza del espacio. Ambos son hijos también de la conocida dirigenta peronista -ya fallecida- Susana Díaz. La candidata tiene 44 años, es abogada y había sido concejal (2011-2015) y funcionaria municipal. El año pasado, el armado había cosechado más del 60% de los sufragios para jefe municipal (4.400).
En la Casa de Gobierno consignan que es importante seguir gobernando ese municipio. Advirtieron que no pondrán todo el aparato a trabajar y que permitirán que sean las autoridades locales las que lleven adelante la campaña. Se espera, además, menos movilización que en una provincial común porque no participarán los acoples de postulantes al Concejo que habitualmente están en las municipales.
En esta elección habrá un sabor especial en el PJ: en la interna de 2021 los Rodriguez estuvieron con Manzur. Si bien tienen buen vínculo con Jaldo y pudieron forjar buen diálogo, no son dirigentes que provengan del jaldismo.
La oposición sueña con arrebatar esa administración al PJ. La desarticulación, empero, puede jugarle en contra y en la Casa de Gobierno apuestan a esto. Un segmento de los sectores que antes formaban JxC están en diálogo para tratar de unirse y apoyar a un sólo aspirante. El candidato de la oposición que asoma hasta el momento es Daniel Hoffmann, a la cabeza del otro frente inscripto. Es un nombre ya conocido, dado que compitió por JxC en 2023 y lo había hecho en oportunidades anteriores. El año pasado recibió 1.300 votos (19% del total).
La UCR no llegó a ponerse de acuerdo orgánicamente ni tuvo tiempo de que sus mecanismos partidarios aprobaran su inclusión en un frente. Públicamente, el diputado Roberto Sánchez (afirma que dejó de presidir el partido en septiembre) dijo en LA GACETA PLAY que apoyarán a Hoffmann. En ese sentido también trabajarían los armados que encabezan los legisladores Silvia Elías y José Cano. Lo mismo haría la vertiente radical que está en el camperista Cambia Tucumán, cuyo presidente Fernando de la Orden es de La Cocha. Algunos sectores del PRO tomarían el mismo camino.
En cuanto a otras líneas del radicalismo, optaron por anotar partidos por su parte. El politólogo y ex legislador Ariel García lo hizo con Ciudadanos contra la Corrupción y el parlamentario Agustín Romano Norri, con el Movimiento Popular y Federal. Ambos, que vienen trabajando en concordancia, buscarán acordar y unificar posturas con la UCR o bien, podrían ir en conjunto con una propuesta propia.
Juntos y Organizados para la Victoria, el tercer partido que figura en las planillas de la JEP, tendría como promotor a un “tapadito” que provendría de la Legislatura.
En el caso de LLA, no está conformado aún como partido pero tampoco habría decidido participar de otra manera por el momento. Fuerza Republicana tampoco se expresó al respecto, aunque es probable que no forme parte de esta contienda. CREO anticipó que se mantendrá al margen.
La interna de 2023
En el jaldismo aseguran que su conductor da por sentado que 2025 será un año de internas en el PJ y se prepara para ello. Jaldo estaría convencido de que habrá dirigentes que no están de acuerdo con sus posturas, sobre todo con su diálogo con la Rosada, que pretenderán competir con candidatos a diputado nacional. Desafía, de hecho, a que lo hagan dentro del justicialismo. El mandatario adelantó a su entorno que el PJ formará un frente, pero que será provincial y no una réplica de lo que haga el movimiento nacional. De hecho, adelantan que tendrá la palabra Tucumán en el nombre. Sucede que de ninguna manera, dicen, estaría dispuesto a seguir las directivas del kirchnerismo ni de ramificaciones afines.
En las cercanías del tranqueño afirman que tienen mayoría en el Congreso y el Consejo partidarios como para tomar decisiones independientes. De todas maneras, aseguran estar preparados para cualquier maniobra de sus opositores. No descartan que haya intentos por intervenir el partido o por perjudicar el armado local. Jaldo tendría el compromiso de varios actores nacionales de que eso no sería factible.
De las cuatro bancas que renueva Tucumán, las dos del oficialismo están ocupadas hoy por parlamentarios del bloque Independencia, que responde al gobernador (Elia Fernández y Agustín Fernández). En los mitines más cerrados, Jaldo explica que a los candidatos los elegirá él y que no defenderán a Milei sino a Tucumán. Afirma, de hecho, que no tendrá reparos en oponerse a normas que no convengan a la provincia.
Replicó de alguna manera los dichos del diputado Pablo Yedlin, que integra el bloque de Unión por la Patria, que manifestó en una entrevista en LA GACETA PLAY que no votaría ni trabajaría “por diputados que vayan a la Cámara y no defiendan Tucumán, a los jubilados ni a las universidades”. Yedlin es una de las voces institucionales más críticas de Milei en la provincia y es cercano al Frente Renovador local.
Hay algunos sectores del peronismo no jaldista que evalúan plantarse y competir. Pero cuestionan que no se cumpla el eventual mandato del partido nacional. Además, ponen en duda de que Jaldo llegue a esos comicios alejado del PJ nacional, porque creen que el Gobierno nacional sufrirá una debacle y el gobernador terminará despegándose de Milei.
Las elecciones próximas de La Cocha, lo que sucederá el año que viene y su futuro en 2027 ya están en la cabeza de Jaldo.