No hubo hazaña ni fiesta inolvidable para Los Pumas en Nelspruit. De hecho, no estuvieron ni cerca. Dominante de principio a fin, Sudáfrica sacó a relucir su chapa de bicampeón del mundo, se impuso con contundencia por 48-7, y se quedó con el título del Rugby_Championship por primera vez desde 2019. Cierre amargo para el equipo de Felipe Contepomi de un torneo que, igualmente, fue histórico.
Por primera vez desde que participa del torneo (ingresó en 2012), el combinado albiceleste logró ganarles a sus tres rivales. A Nueva Zelanda le ganó en Wellington por 38-30, en la primera fecha; a Australia lo goleó por 67-27 en la cuarta fecha, en Santa Fe, logrando su mejor victoria sobre un seleccionado del Tier 1 en la historia; mientras que, a los Springboks, que llegaron a Santiago del Estero la semana pasada con el objetivo de sellar su consagración, los vencieron 29-28, por la quinta fecha.
No fue sólo un hecho inédito para Los Pumas, sino para el mundo del rugby. Nunca un seleccionado le había ganado, en un mismo torneo, a los All Blacks, los Wallabies y los Springboks. Argentina lo hizo.
Ayer, probablemente, poco les importó esa estadística a Contepomi y sus dirigidos. Y con razón, porque, a pesar de varios fallos arbitrales controvertidos y de la innegable jerarquía y calidad rugbística de los sudafricanos, no fue un buen partido para Los Pumas.
El comienzo fue una ráfaga verde. Desde los primeros segundos, los dirigidos por Rassie Erasmus salieron a presionar bien arriba, decididos a dominar la cancha en un Mbombela Stadium colmado de gente, incluido un buen número de fanáticos argentinos. Una patada corta de Santiago Carreras para despejar fue beneficiosa para los sudafricanos, quienes, tras unos minutos de asedio y a pesar de la aguerrida defensa argentina, lograron el primer try de la mano de Aphelele Fassi. Poco después, otro intento apoyado por Pieter-Steph du Toit les permitió a los locales ponerse 14-0 arriba.
Llegando a los 20 minutos, Los Pumas reactivaron la ilusión. Una gran jugada en ataque, con buenas intervenciones de Juan Martín González y Santiago_Grondona, terminó en try del tucumano Tomás Albornoz, que él mismo convirtió. El apertura surgido en Tucumán Rugby fue uno de los puntos más altos del seleccionado argentino, al igual que Gonzalo García, a quien no le pesó la titularidad. El 14-7 parcial ilusionaba a los argentinos, que en ese momento, no sabían que no volverían a sumar en todo el partido.
Luego de que Jaden Henrikse estirara la ventaja con un penal bajo los palos, el partido se mantuvo un poco más parejo. Pero a falta de 11 minutos para el cierre del primer tiempo, Mateo Carreras vio la amarilla por un tackle en el aire contra Fassi. Durante esos minutos en los que Sudáfrica tuvo un hombre de más, aprovechó la situación a la perfección. Con tries de Fassi y Cheslin Kolbe, aumentó la diferencia y se fue al descanso con un marcador de 27-7. Este dominio se basó, sobre todo, en un scrum letal, en el cual sometió totalmente al seleccionado argentino.
Durante gran parte del segundo tiempo, el marcador se mantuvo sin cambios. Los Pumas, aunque cometieron errores y mostraron cierta indisciplina, merodearon el ingoal rival en un par de oportunidades, pero no lograron concretar. A los 16 minutos del complemento, un hecho terminó de enterrar las ilusiones argentinas: Pablo Matera, quien había ingresado apenas un rato antes, recibió una tarjeta amarilla por un tackle alto al intentar limpiar un ruck. Esa amarilla, tras ser revisada, se transformó en roja. Así, Los Pumas debieron disputar el último tramo del partido con 14 jugadores.
Los Springboks aprovecharon esa superioridad numérica, que se incrementó aún más durante los últimos minutos, ya que Santiago Carreras también vio la amarilla por un knock on intencional. Si la diferencia era notable en 15 contra 15, se hizo abrumadora en 15 contra 13. En 10 minutos, los Springboks llegaron tres veces al ingoal argentino: primero, a través de un maul, que terminó con Malcolm Marx apoyando (nunca quedó claro si lo hizo en el piso o en el pie de un jugador argentino); luego, mediante du Toit y Jesse Kriel, siempre con conversiones certeras de Handre Pollard. A Los Pumas ni siquiera les salió el tiro del final: estuvieron a centímetros del ingoal, pero terminaron perdiendo la pelota, sellando así el 48-7 final.
Con esta participación, Los Pumas alcanzaron 12 actuaciones en el Rugby Championship. Por tercera vez, terminaron en el tercer puesto. Aunque técnicamente no es la mejor ubicación, ya que en 2020, en un certamen del que no participó Sudáfrica, finalizaron segundos, por detrás de Nueva Zelanda y por encima de Australia, en cuanto a puntos y resultados fue la mejor actuación argentina. Cerraron el certamen con 14 puntos, apenas dos por detrás de los All Blacks, que terminaron con el mismo récord que el seleccionado nacional: tres triunfos y tres derrotas.
“Hay que ser autocrítico y aprender. No fuimos lo duro que debíamos ser. Nos plantearon un partido muy físico, le dimos la pelota, empezamos a hacer penales; muchos errores no forzados”, expresó Contepomi en la conferencia de prensa post partido. Un análisis acertado, ya que Los Pumas, que hasta hoy se habían destacado por su disciplina en el certamen, recibieron dos amarillas, una roja, y cometieron una gran cantidad de penales. La indisciplina, más allá de todas las virtudes sudafricanas, fue una falencia clara, al igual que el scrum.
Apenas nueve partidos lleva Contepomi como head coach del seleccionado nacional. Hay mucho por trabajar, pero también muchas señales positivas se han visto en el torneo. Esas mismas señales que el equipo intentará plasmar en la ventana de noviembre, cuando cierre el 2024 con test matches ante Italia, Irlanda y Francia. Y esas mismas que intentará trabajar y mejorar, para soñar con un futuro en grande.