Un niño de 10 años se presentó en una comisaría para informar que sus padres lo maltrataban

Un niño de 10 años se presentó en una comisaría para informar que sus padres lo maltrataban

Sucedió en Santiago del Estero. Se dio intervención a la Justicia.

VINARÁ. La subcomisaría 24° en la que se presentó el niño. VINARÁ. La subcomisaría 24° en la que se presentó el niño. FOTO TOMADA DE INFOBAE.COM
25 Septiembre 2024

Un niño de 10 años se presentó en la subcomisaría de Vinará, una localidad santiagueña semirrural que queda a 12 kilómetros de las Termas de Río Hondo, para hacer una denuncia en contra de sus padres. 

“Dijo que quería contar que sufría malos tratos a manos de sus padres y que esa situación de violencia familiar era constante”, reveló a Infobae una fuente del caso. De inmediato intervino la Justicia, con una causa en manos del fiscal Carlos Vega.

Las fuentes consultadas por ese medio explicaron que no se le puede tomar una denuncia a un menor, pero tampoco podían las autoridades desoír lo que el niño decía. Por eso los policías redactaron en presencia de un testigo un acta de procedimiento y allí se consignó la declaración del niño, que acusaba a las personas que lo cuidan. También dieron aviso al fiscal Vega, con jurisdicción en los departamentos de Termas de Río Hondo y Jiménez.

“Inmediatamente, se convocó a los padres del chico y se constató que vive con la mamá y la pareja de la mujer, con quien tiene, además, otros tres hijos: un bebé y dos niños de 2 y 3 años”, detallaron. Nada se sabe del padre biológico y el padrastro trabaja como gastronómico.

El paso siguiente fue llevar al niño, junto a sus progenitores, ante un médico para constatar las lesiones que mencionaba el chico. “Evidentemente, el profesional halló hematomas y golpes en diferentes partes del cuerpo, pero allí surgió la versión de los padres que, a la luz de la situación, se toman con pinzas hasta tanto las pericias hablen”, describieron sobre cómo se encara este sumario tendiente a establecer si están en presencia de un ilícito.

La madre y el padrastro del chico, en su versión, adujeron que las marcas en su cuerpo serían producto de “actos de rebeldía del menor, que hasta se ha ido de la casa en reiteradas ocasiones, algo que no denunciaron”. Y argumentaron que sus acciones se habrían desencadenado tras una reciente mudanza a la provincia desde la Costa Atlántica y la llegada de sus medios hermanos.

Incluso, contaron que el niño está bajo tratamiento psicológico, aportaron los datos del profesional y el fiscal Vega ya lo citó a declarar: lo relevará del secreto profesional. Mientras tanto, las autoridades buscan testigos -vecinos primariamente- que hayan presenciado lo que cuentan las partes involucradas y esperan los informes de los maestros del niño.

También, se programó una Cámara Gesell, con un posterior análisis psicológico del menor, para este lunes; una asistente social del Ministerio Público evalúa el caso y se le dio intervención a los organismos de la Subsecretaría de la Niñez, Adolescencia y Familia, quienes pueden, de ser necesario, quitarle la potestad a la mamá y buscar a su familia ampliada, aunque no se ha dado con nadie hasta ahora.

“Es una investigación abierta, pero la Justicia tampoco tiene las facultades para intervenir hasta tanto no haya informes de los profesionales que determinen lo que sucede”, se sinceraron, y ampliaron: “De ser así, la situación sería muy grave porque, mientras tanto, el niño debe seguir viviendo con las personas a las que él ha acusado de no cuidarlo y que, justamente, son sus cuidadores”.

Según han explicado las fuentes del caso, como los que deben hacer una denuncia en representación de un menor, en este caso, son justamente los denunciados; se tomará el resultado de la Cámara Gesell como tal. Mientras tanto, el Ministerio Público de la Defensa de la provincia interviene como pupilar, en representación del menor.

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