24 Septiembre 2024
WALL STREET. Milei abrió la sesión de la Bolsa de Valores de Nueva York, con el tradicional toque de campana. ARCHIVO
NUEVA YORK, Estados Unidos.- Un eufórico Javier Milei tocó la campana que da inicio a la jornada en la Bolsa de Valores Nueva York, una tradicional ceremonia destinada a personalidades políticas y del mundo de los negocios. En Wall Street, frente a 200 personas del mundo de las finanzas que lo recibieron con gritos y aplausos. reiteró su compromiso “inquebrantable” contra el déficit fiscal y dijo que es protagonista de la “reforma estructural más grande de la historia” en pos de convertir a Argentina “en el país más libre del mundo”.
Así inició la semana del sexto viaje del presidente argentino a Estados Unidos, destino de la mitad de sus salidas al exterior desde que asumió, hace nueve meses. La agenda de los próximos días incluye reuniones con empresarios y discursos públicos.
Cualquiera creería que el más destacado sería el que dará hoy ante la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU), pero no parece ser esa la percepción en la delegación argentina. El director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría, Rosendo Fraga, analizó que la reunión con el magnate tecnológico Elon Musk es el punto más importante de la sexta visita del mandatario al país norteamericano.
Milei llegó a Nueva York el sábado y arrancó el domingo con su visita ritual a la tumba del rabino de Lubavitch. Ayer, tras su paso por Wall Street, se reunió por tercera vez con Musk.
El encuentro se celebró en Nueva York durante cerca de una hora. El portavoz presidencial, Manuel Adorni, informó a través de las redes que Milei y el dueño de Tesla conversaron sobre el proceso de desregulación que está llevando adelante el gobierno argentino, los beneficios que ofrece el RIGI (régimen de incentivos a las grandes inversiones) a los empresarios “y del camino que está recorriendo la Argentina en su regreso a la normalidad”.
Tanto Milei como Musk compartieron la foto del encuentro en sus redes sociales al grito de “¡Libertad!”.
Diferencias y malestar
Ese espíritu festivo no se refleja en el resto de la delegación que acompañó al presidente. La decisión del gobierno, expresada por la canciller Diana Mondino, de disociarse del denominado “Pacto por el Futuro 2045”, la continuidad cronológica de la agenda 2030 para el desarrollo, planteada por las Naciones Unidas, cayó mal en la diplomacia argentina, que trabaja por esos acuerdos en forma permanente.
“Quedaron 192 países de un lado. Y nosotros, Argentina, del otro”. De ese modo tajante se expresaron altas fuentes diplomáticas, según el diario “La Nación”.
El cronista del medio argentino describió que la intervención de Mondino en la reunión de cancilleres, previa a la Asamblea General, ocurrió en medio de “una tensión interna indisimulable”, entre otras cuestiones porque el embajador argentino en la ONU, Ricardo Lagorio, fue marginado de la gira presidencial por Estados Unidos. En cambio, el nuevo secretario de Culto, Nahuel Sotelo, viajó junto a la delegación que acompaña al Presidente.
Cuando Milei hable ante la Asamblea, tampoco estará el vicecanciller Leopoldo Sahores, desplazado por el secretario de Culto Sotelo y la asesora en temas de familia, e interventora sin cargo, Ursula Basset.
Es el embajador en Washington, Gerardo Werthein-uno de los seis embajadores “políticos”, sin experiencia diplomática previa, designados por la actual gestión-quien acompaña a Milei desde que arribó a Estados Unidos, en la noche del sábado.
El domingo, Mondino destacó ante el plenario de la Asamblea de la ONU que la Argentina disiente con varios de los puntos de la agenda consensuada por todos los miembros de las Naciones Unidas, sin otra excepción hasta el momento.
El Pacto por el Futuro es una ampliación de la Agenda 2030, que tiene como fecha de implementación total el 2045. Es un documento de consenso que propuso la ONU para trabajar en distintos puntos que se incluyeron previamente en la Agenda 2030 para la financiación para el desarrollo sostenible, entre otros puntos. La semana pasada, Argentina votó contra Palestina en un alineamiento con Estados Unidos e Israel, que la alejó de la Unión Europea y la mayoría de los países latinoamericanos, además de los países árabes y lo puso en el mismo lote de ex colonias como Mauritania, Fiji y Palau.
Mondino mencionó cuáles son los puntos del desacuerdo, pero la canciller ya había anticipado que ni las políticas de igualdad de género, ni la despenalización del aborto, el reconocimiento de la responsabilidad humana en el cambio climático o las políticas sociales para combatir la pobreza son parte de los intereses del gobierno argentino.
“Queremos enfrentar los retos del terrorismo, las amenazas a la integridad territorial, a la democracia, a la seguridad internacional y al desarrollo económico. Para ello, tomamos como guía los propósitos y los principios de la Carta de las Naciones Unidas. Los desvíos respecto a estos propósitos y principios generan problemas no sólo al propio país -que pierde su propio faro de libertad- sino para los que con él interactúan”, dijo Mondino ante la ONU.
“En ejercicio de esa libertad, mi país quisiera recordar que agendas como esta que nos reúne aquí están compuestas por aspiraciones jurídicamente no vinculantes y que cada Estado, en el ejercicio de su soberanía, tiene derecho a interpretar y perseguir con autonomía, teniendo en cuenta las diferentes realidades, capacidades y niveles de desarrollo de cada uno y respetando sus políticas y prioridades nacionales, tal como ya lo dispone la Resolución 70/1 de la Asamblea General”, dijo Mondino.
La decisión, que según el diario “La Nación” expresaron fuentes de la Cancillería y varias embajadas extranjeras, aisla a la Argentina de un modo inédito, pero esperable.
De hecho, es probable que hoy el propio Milei critique esos y otros puntos de la agenda 2030 durante su exposición ante el plenario de presidentes en el recinto de la ONU.
Insistirá, además, en cuestionar lo que considera una postura laxa de Naciones Unidas en relación con China.
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