Ulises Vera-Iván Molinas, la fórmula de la victoria de San Martín de Tucumán en Floresta
No todas las victorias tienen una explicación lógica y racional, y lo sucedido en Floresta es el caso. El equipo de Flores no se floreó ni lució. Es más, padeció el primer tiempo en el que lo más cerca que estuvo del arco de Lisandro Mitre fue un escueto cabezazo de Orellana. No mucho más. Claro; la ausencia de “Turbo” Rodríguez y de “Caco” García en el “11” inicial complicó mucho al equipo de “Traductor”.
Es más, sufrió horrores las subidas de Tomás Assennato y de Juan Pablo Passaglia. Pero, una vez más, el banco de suplentes volvió a darle las soluciones necesarias. Lo hizo en Sarandí, en La Ciudadela frente a los sanjuaninos, en Puerto Madryn... Y Floresta no iba a ser la excepción. Una conexión del binomio Vera-Molinas fue suficiente para doblegar al “Albo” de Mariano Campodónico. Pero, el análisis debe ir por partes…
La fórmula de Flores es simple: mantener dos extremos abiertos para aprovechar la verticalidad por las bandas. Idea que con “Caco” y “Turbo” encontró su mejor versión y que en esta ocasión Fedele y Moreno portaban esa responsabilidad.
Es cierto, actitud no faltó: “Chuny” intentó una que otra gambeta y el ex Defensa y Justicia encabezó alguna contra. Pero ninguno pudo marcar la diferencia en ataque.
Tampoco puede pasarse por alto que Cuevas no se hizo cargo de la distribución de juego; mientras que Arias, a diferencia de lo que sucedió con Agropecuario, no tuvo ninguna ocasión de peligro. Esta vez el uruguayo fue anulado por la zaga compuesta por Alejo Rodríguez y Maximiliano Coronel.
La inclusión de extremos también repercutió en defensa. El retroceso no es una característica ni de Fedele ni de Moreno. En consecuencia, Bettini y Diarte tuvieron más trabajo de lo habitual. La situación obligó a que el “Santo” se replegara en defensa y que sea muy lastimado por los sectores externos de la cancha.
La explicación de por qué San Martín no sufrió la caída de su arco se explica por Sand. El arquero atajó un potente remate de Gallucci Otero, y también fue ayudado por el palo en un remate de Passaglia. Todo esto provocó que Flores y sus dirigidos pidieran la hora en el primer tiempo.
El complemento comenzó con la misma tónica. Pero, el quiebre del partido se dio con el ingreso de “Caco”. El volante rompió con el doble “5” (ingresó en lugar de Matías Ignacio García) y marcó la diferencia desde que puso un pie en la cancha. Gambeteó, distribuyó y le ofreció más claridad al ataque de San Martín. Pero no fue suficiente para doblegar a All Boys. Faltaba un plus y Flores lo encontró con Vera y Molinas.
El misionero recibió un pase de “Caco”, levantó la cabeza y abrió hacia el juvenil. El oriundo de 20 de Junio no dudó, lanzó un centro al área y de arremetida Molinas marcó el único tanto del partido. La sentencia del partido llegó en el momento justo.
La actividad de Molinas no se redujo a ello. El misionero buscaba más pero no causó mayor peligro.
Es cierto, San Martín no mostró su mejor versión pero el fútbol es un deporte tan simple que se gana con goles, y el “Santo” lo convirtió en el momento preciso para dejar dar un paso más hacia el ansiado objetivo.