Ante la llegada de un verano que se espera con temperaturas récord, el Gobierno de Javier Milei está ultimando un plan de contingencia energética que incluirá cortes programados de luz y un aumento tarifario para aquellos consumos que excedan ciertos límites. El objetivo es evitar la sobrecarga del sistema eléctrico, que se encuentra debilitado por la falta de inversiones en generación, transporte y distribución.
El programa, que abarcará toda la cadena de suministro, contempla medidas como la aceleración de trabajos pendientes en la infraestructura eléctrica, la creación de alternativas de generación y la aplicación de "señales tarifarias" que desincentiven el consumo excesivo. Para esto, se prevé un esquema en el que los usuarios que superen un límite de consumo pagarán un plus por la energía adicional utilizada.
Cortes programados y falta de recursos
El secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, confirmó que se están preparando cortes programados para el sector industrial y residencial, especialmente durante los picos de demanda. La falta de recursos para incrementar la potencia en las centrales térmicas es una de las principales preocupaciones. De no conseguir suficiente combustible para las generadoras, se espera que los cortes de energía aumenten en un 21% respecto al verano anterior. En caso de solucionar la disponibilidad de combustible, el incremento se reduciría al 5%.
Guillermo Francos, jefe de Gabinete, reconoció en declaraciones radiales que la alta demanda de electricidad, sumada a la falta de inversión en los últimos años, obligará al Gobierno a planificar cortes del servicio. "Será un verano complicado, y tendremos que hacer acuerdos con los sectores productivos para minimizar los efectos", afirmó.
Recargos para los consumos más altos
Una de las medidas clave del plan es el establecimiento de un incremento tarifario dirigido a los consumos más altos. Este plus no afectará a la totalidad del consumo, sino que se aplicará solo sobre el exceso, con el fin de disuadir el uso innecesario de electricidad durante los picos de demanda. Este esquema busca aliviar la presión sobre el sistema eléctrico sin penalizar a los usuarios con consumos moderados.
Impacto en el suministro energético
Se espera que el pico de demanda alcance un récord de 30.700 megawatts este verano, lo que pondrá a prueba la estabilidad del sistema eléctrico. Además, la falta de lluvias afecta la generación de energía en las centrales hidroeléctricas, tanto en Argentina como en Brasil, de donde el país también importa electricidad.
Otro factor que agravará la situación es la salida de operaciones de la central nuclear Atucha I a fines de este mes, lo que restará 362 megawatts al sistema. La central será sometida a trabajos de extensión de su vida útil, con la autorización de la Autoridad Regulatoria Nuclear.
Estrategias de respaldo y coordinación
El Gobierno ha convocado a los propietarios de grupos electrógenos, desde centros comerciales hasta clínicas, para formar una red de contención que pueda activarse rápidamente en caso de cortes mayores. El objetivo es garantizar que estas fuentes alternativas de energía estén listas para funcionar en situaciones críticas.
Por otro lado, se han establecido contactos con la empresa Transener, encargada del mantenimiento de las redes y estaciones de alta tensión, para asegurar que se completen los trabajos pendientes. Si bien la compañía afirma que sus mantenimientos se realizan según lo planificado, el Gobierno busca que estos se aceleren para garantizar la confiabilidad del sistema de transmisión.
Desafíos para el futuro energético
La crisis energética en Argentina no es nueva, pero la acumulación de retrasos en la inversión, sumada a un déficit tarifario, ha generado una situación de fragilidad en el sistema eléctrico. El plan del Gobierno busca paliar las urgencias inmediatas del verano, pero también plantea una transición a tarifas plenas y la eliminación total de subsidios a la electricidad y al gas para marzo de 2025.
Con un escenario que combina una alta demanda proyectada, falta de lluvias y restricciones en la generación de energía, el país se enfrenta a un desafío energético que requerirá esfuerzos coordinados entre el Gobierno, los usuarios y los distintos actores del sector energético.