Hace tiempo que los choferes de taxis en San Miguel de Tucumán reclaman por los problemas que atraviesa la actividad desde la llegada de plataformas electrónicas como Uber, Cabify o Didi. Así, lograron participar de múltiples reuniones con el Poder Ejecutivo provincial, con la Intendencia capitalina y también con el Concejo Deliberante. Sin embargo, los taxistas manifiestan que no encuentran solución al conflicto que cada vez se vuelve más complejo, motivados por el agravamiento de la situación económica. Esa sensación fue la que quedó, según Miguel (a secas), luego del encuentro de ayer con la jefa municipal, Rossana Chahla.
“Conversamos sobre más de lo mismo: ellos hacen propuestas que no nos sirven y no llegamos a un acuerdo”, remarcó. La postura del sector taximetrero es que la actividad se volvió insostenible porque, como aseguró un chofer durante la manifestación de ayer, “el trabajo ya no es viable, es poca la plata que uno lleva a la casa y el Uber se está llevando un 60% de la recaudación”. Entonces, insisten a la Municipalidad que se refuercen los controles correspondientes para acabar con el trabajo no reglamentado de las plataformas electrónicas. Según contó Miguel, la justificación del municipio es que ellos no disponen de los materiales, herramientas ni capital humano para desplegar tal control. Por lo tanto, la respuesta de los choferes de taxis es no avanzar en la inspección técnica anual correspondiente para los vehículos adheridos al Sutrappa. “Nos dijeron que la inspección es obligatoria según la ordenanza del Sutrappa, pero esa ordenanza también especifica que la Municipalidad debe controlar la actividad y no lo hace, así que, si ellos no cumplen ¿por qué tenemos que cumplir nosotros?”, planteó Miguel.
Por su parte, la propuesta municipal giraría en torno a tratar de impulsar la actividad mediante el desarrollo de una aplicación propia para taxis o la implementación de uniformes para mejorar la figura del servicio, entre otros temas.