Cartas de lectores: Las campanas ya no tañen

Cartas de lectores: Las campanas ya no tañen

21 Septiembre 2024

Al releer el cuento de Pablo Rojas Paz “El patio de la noche” me invadió una sensación de tristeza por el olvido en que cayeron las campanas de las iglesias de la ciudad: ya no tañen, están mudas. Solamente se oyen las campanadas de la Merced y la Catedral cada 24 de septiembre, cuando la procesión de la Virgen Generala va llegando a la plaza Independencia. Me pregunto por qué el arzobispado no instruye a los párrocos de Tucumán, a los frailes de Santo Domingo y a los lourdistas para que restauren esa vieja y lindísima costumbre de llamar a misa tañendo sus campanas, ese símbolo de la voz de Dios en medio de un mundo anestesiado, amnésico y mercantilizado. Debieron, por ejemplo, tañer a rebato, como desagravio y reparación por la blasfema representación parisina de la Última Cena; pero no, pareciera que hacerlas sonar es casi una provocación a un mundo que ha abolido todo lo simbólico y lo sagrado. Las campanas, confinadas en lo alto de los campanarios, oxidándose, esperan recobrar su inconfundible voz de bronce.

Máximo Méndez

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios