¿Inspiración o imitación? La curiosa historia de Ronaldo y Sergio Romero made in Tucumán

¿Inspiración o imitación? La curiosa historia de Ronaldo y Sergio Romero made in Tucumán

La familia Romero tiene un gran prontuario en el fútbol provincial. Sergio jugó en varios clubes entre los que se destacó en La Florida; mientras que Ronaldo viste la camiseta de All Boys.

¿Inspiración o imitación? La curiosa historia de Ronaldo y Sergio Romero made in Tucumán Gentileza Sergio Romero.

El fútbol forma parte de la identidad de varias familias. Ese es el caso de los Romero, una familia con una gran historia dentro de la Liga Tucumana. Sergio fue el primero en caer en la fiebre de la redonda. De niño, heredó la pasión de su madre y el tiempo lo llevó a colocarse los guantes para defender los arcos de Garmendia, Villa Mitre, La Florida, Concepción, entre otros. En el ocaso de su carrera, apareció un arquero con el mismo nombre que él, pero que logró calzarse el buzo de la Selección y las comparaciones no faltaron.

“Cuando estaba en mi mejor momento, “Chiquito” no era tan conocido. Recién cuando jugó el Mundial 2014, empezó a tener mayor notoriedad. A partir de eso me decían que atajaba como yo, pero lo que respondía yo era que deseaba tener la misma plata que él, jajaja”, dice, aunque la conexión con el deporte rey no se termina allí. Su hijo lleva el nombre del “Fenómeno” brasileño: Ronaldo. “Es cierto que el brasileño ya sonaba muy fuerte, pero no le puse por él. Mi idea era que tenga las tres “R” en los nombres y el apellido. Muchos me decían no me lo iban a aceptar en el registro porque eran bien estrictos, pero al final me dejaron. También tenía un plan B si no me lo aceptaban le iba a poner Román”, dice Sergio.

Ronaldo, en tanto, cuenta que el nombre siempre levanta dudas en los distintos lugares a los que se presenta. “Siempre me preguntan dos veces el nombre, jaja”, indica “Roni”, que no usa la “9” sino la “5”. “Juego como volante”, señala el joven de 25 años, que juega para All Boys. “En diminutivo, me dicen ‘Roni’, ja. Así me llaman en mi casa y mis amigos”, añade. “En mi caso, le digo ‘Mudo’, que es el apodo que tiene porque no habla nada”, completa Sergio.

“Roni”, asimismo, decidió continuar con el linaje futbolístico en su familia. “Mi hijo se llama Bautista Román. El segundo nombre es porque somos fanáticos de Boca y amamos a (Juan Román) Riquelme. Mi papá quiere que él sea arquero, pero todavía es chiquito. Eso sí, disfruta muchísimo del fútbol”, cuenta.

A diferencia de Ronaldo que nació con una pelota bajo los pies, la historia personal de Sergio parecía estar lejos del deporte. “Mi papá nunca fue fanático del fútbol. Es más, no le gustaba y prefería el boxeo. Me acuerdo de que cuando era chico e iba con mis amigos, él se sentaba en la vereda. Todos se reían de esa situación”, recuerda. “Mi mamá fue la que me inculcó el amor por el fútbol. Ella era hincha de San Martín y fue la que me insistió para que jugara”, agrega quien nació futbolísticamente en Atlético.

No obstante, la falta de oportunidades en el “Decano” provocaron que tenga que buscar otros rumbos y recaló en la gran novedad del fútbol tucumano de los 90’s: Garmendia. “Llegué a dos finales. En la primera me comí ocho goles y fue terrible. Pero, al año siguiente, me tomé revancha y logramos salir campeones”, dice sobre el título liguista que consiguió en 1999. “Mi esposa estaba enojada porque en ese tiempo estaba embarazada de Ronaldo. Entonces, todo ese tiempo no lo pasé con ella porque pasaba toda la semana en Garmendia”, agrega.

Las buenas actuaciones lo llevaron a jugar en La Florida, equipo en el que logró jugar en el Argentino A. “Estuve como seis años seguidos. Ahí jugué el partido en el que San Martín descendió a la Liga. Me acuerdo de que, en la ida, le estábamos pegando un baile a San Martín y ganábamos 1-0 con un gol de Ramón Chávez. Pero, me expulsaron por hacer quilombo en una falta que le hicieron en la mitad de la cancha. Yo no sé qué fui a reclamar, y me comí una trompada. Después de eso me expulsaron. Eso hizo que entre Carlos Jaime, que estuvo en la vuelta”, comenta.  “Esa semana había dicho que La Florida había cedido la localidad a San Martín, pero que se quedaba con la recaudación. Eso había hecho que se instalé el rumor de que me había hecho expulsar de gusto… Lo bueno es que todos se callaron después de ese resultado”, agrega.

Más allá de eso, el momento más importante de su carrera fue el partido entre Villa Mitre y Atlético en 2019. Claro; fue la primera y la única vez que compartió terreno de juego con su hijo. “Fue una semana increíble porque era mi sueño”, reconoce Sergio. “Toda esa semana se vivió como una final, jajaja. Me preguntó una y otra vez si sabía si iba a estar convocado, porque en ese momento estaba en las inferiores. Se dio y pudimos cumplir su sueño de compartir cancha por un momento”, completa Ronaldo.

“Roni”, por último, deja en claro que todavía tiene la esperanza de llegar a las grandes categorías de AFA. “Mi sueño es jugar profesionalmente, pero por la edad creo que ya no voy a llegar. Pero, espero jugar un Federal A”, sentencia.

Los Romero son un claro ejemplo de amor por el fútbol, y tienen la esperanza de seguir haciendo historia del deporte tucumano.   

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