La tempranera apertura del marcador de San Martín contra Agropecuario despertó diversas repercusiones a nivel nacional. La jugada, que comenzó con un pase largo de Darío Sand para Gonzalo Bettini y que culminó con la participación determinante de Juan Cuevas, Junior Arias y Matías “Caco” García, un trío que se volvió clave en la exitosa racha del líder de la Zona A de la Primera Nacional, generó admiración. Pero esa secuencia de pases no fue un hecho aislado, sino el reflejo de una conexión que se volvió crucial en el sólido rendimiento "santo".
En el último tiempo (desde la llegada de "Caco") los tres futbolistas se consolidaron como piezas esenciales en la maquinaria ofensiva del equipo. La fórmula del éxito radica en la complementación de sus habilidades, desde la generación de jugadas, la capacidad para romper líneas y, por supuesto, la efectividad en la zona de definición.
García se erigió como uno de los motores principales del equipo. Su precisión en los pases y su serenidad en los momentos de presión lo posicionaron como un jugador indispensable en el esquema de Diego Flores. El gol de volea que le marcó al “Sojero” fue sólo una muestra de su talento, pero lo que realmente resalta es su visión de juego y capacidad para conectar con sus compañeros. Con su agilidad y su técnica, es el cerebro creativo de San Martín. En 12 partidos brindó tres asistencias (dos contra Quilmes y uno frente a Estudiantes de Caseros). Según la plataforma especialista en estadísticas, SofaScore, promedia un 76% de precisión en pases, con 27,7 entregas acertadas por partido.
Más allá de los números, su capacidad para leer el desarrollo del juego y encontrar los espacios adecuados lo convierte en una pieza fundamental.
Esa labor de “Caco” no estaría completa si no mencionamos a Cuevas, otro de los nombres destacados en esta campaña que ya superó los números de aquel ascenso en el Nacional B de 2008 (en aquel torneo el equipo había cosechado 66 puntos en 38 partidos).
El ex Everton de Chile tuvo algunas actuaciones irregulares, pero cuando está en su mejor nivel marca la diferencia.
Tiene una potente pegada y utiliza bien su habilidad para abrir las defensas rivales. El lunes tuvo una visión perfecta para aprovechar la diagonal de Arias; pero antes ya había tenido una buena injerencia en el equipo como su golazo a Chaco For Ever o a Talleres de Remedios de Escalada.
Cuevas lleva disputados 30 partidos, con un promedio de tres goles y la misma cantidad de asistencias. Sin embargo, su impacto en el juego va mucho más allá de los números. Tal es así que varios medios contabilizaron su remate contra Chacarita, que fue desviado en por la rodilla de Iván Molinas para sellar la victoria agónica sobre el "Funebrero".
La libertad parece haberla encontrado por los costados. A pesar de que inicia los juegos en esa posición, se mueve por también por el centro del campo con el objetivo de sorprender a los rivales.
Por último, pero no menos importante, aparece Arias. El delantero uruguayo, aunque no atraviesa su mejor momento en cuanto a goles, sigue siendo una pieza importante en ataque.
Con ocho goles es el máximo anotador del equipo y una referencia en el área rival. Pero también aporta en el armado de juego. Sabe jugar de espaldas al arco, pivotea y genera espacios para la llegada de sus compañeros. Eso quedó en claro en la jugada del gol de "Caco" el lunes.
La conexión entre García, Cuevas y Arias es uno de los puntos más altos en San Martín. Formaron una sociedad que combina creatividad, explosividad y efectividad; y justamente esa química se ve “traducida” en goles y victorias importantes.
La jugada colectiva de cuatro pases que culminó en el gol contra Agropecuario es sólo una muestra de lo que el tridente puede lograr cuando entra en sintonía. De esa manera, ellos parecen ser el pilar en el que se apoya la ilusión "Santa".