En muchas ocasiones, las circunstancias deportivas se replican en la política, y viceversa. Como celebres frases que se mantienen en la mente colectiva. “Mirá cómo te venís a convertir en héroe”. Esa, bien podría ser una versión modificada de la que Javier Mascherano le transmitió a Sergio “Chiquito” Romero, hace 10 años, cuando la Selección Argentina le ganó por penales a Países Bajos para llegar, así, a la final del Mundial disputada en Brasil. En esta oportunidad, el que la lanzó, con cierta ironía, fue el gobernador, Osvaldo Jaldo. Y el destinatario, Agustín “Tin” Fernández, el jefe del bloque Independencia.
Fernández, Elia Fernández y Gladys Medina, la bancada jaldista en la Cámara Baja, fueron convocados por el presidente, Javier Milei, al asado ofrecido en la Quinta de Olivos a los 87 parlamentarios que convalidaron el veto a la Ley de Movilidad Jubilatoria. “Hoy (por el miércoles) 87 héroes le pusieron un freno a los degenerados fiscales que intentaron destruir el superávit fiscal que los argentinos con tanto esfuerzo logramos conseguir”, posteó el jefe de Estado en las redes sociales.
El alineamiento es cada vez más fuerte. Hace la necesidad institucional de provincias que, a pesar de ser bastiones peronistas, apostaron al dialoguismo, al pragmatismo con un economista libertario que todavía tiene elevados niveles de popularidad en la opinión pública. Remar contra la corriente no es una buena estrategia para estos tiempos. Jaldo lo sabe. Lo ha medido a través de encuestas que, más allá de reestructurar el Estado, necesita consolidar su imagen entre los independientes, pese a su pertenencia a un partido político al que ese electorado no suele apostar cada vez que hay una convocatoria a las urnas.
Jaldo viene hablando con algunos pares de otros distritos del país. De hecho, la semana pasada cuando estuvo en Buenos Aires, fue hasta la avenida Presidente Roque Sáenz Peña 933, sede de la Casa de Salta, donde compartió finalmente el asado con sus pares peronistas. El anfitrión, Gustavo Sáenz, le había insistido en que su presencia era clave para hablar, a los postres, de lo que sería una estrategia unificada entre algunas jurisdicciones. Por allí estuvieron entre otros, el catamarqueño Raúl Jalil, el misionero Hugo Passalacqua y el rionegrino Pablo Weretilneck, además de Sáenz. En la charla informal se dijo, también, que dentro de ese grupo habría que inscribirlo a Rolando Figueroa, de Neuquén. Ninguno de ellos comulga con la intransigencia de Unión por la Patria. Los unen otros intereses que no pasan por lo ideológico, sino por lo institucional. De allí surge la incipiente idea de armar un interbloque con casi una docena de diputados y otros tantos senadores, como una manera de posicionarse política e institucionalmente, cada vez más distante de Unión por la Patria. La foto tomada la semana pasada, que posteó en “X” la senadora del Partido de la Justicia Social, Beatriz Ávila, junto con el gobernador tucumano y el secretario de Justicia de la Nación Sebastián Amerio, cobra otro valor. Jaldo cree que los miembros de la Cámara Alta del oficialismo provincial no actúan en consonancia con el Gobierno local. Hay predisposición para que la esposa del ex intendente capitalino Germán Alfaro actúe en sintonía con el jaldismo. En la sede del Poder Ejecutivo señalan que ni el ex mandatario Juan Manzur, ni Sandra Mendoza, que este fin de semana también posaron para las cámaras en la Fiesta de la Empanada en Famaillá, han explicitado si, en algún momento, actuarán en consonancia con Jaldo. Algo similar le pasa a Jalil en Catamarca, donde el gobernador encuentra resistencia en la senadora Lucía Corpacci, una de las mujeres fuertes en la estructura nacional del Partido Justicialista. Al igual que Manzur, la ex gobernadora kirchnerista ocupa una de las vicepresidencias partidarias.
Este jueves, en Monte Bello, puede haber algún tipo de referencia hacia aquellos que no comulguen con las políticas del Poder Ejecutivo. El congreso provincial será una caja de resonancia de las cuestiones partidarias. Jaldo asistirá con el mensaje de qué es lo que quiere para su gestión. Será la primera vez que, desde que es gobernador, se someta a la crítica interpares. Es probable también que, durante el mitin, baje líneas puertas adentro, como buscando el apoyo del partido que lo convirtió en mandatario y que hoy tiene a su presidente de gira por los Estados Unidos. En el peronismo, la conducción no es bicéfala. Y, cuando se intentó aplicarla, los cortocircuitos fueron tan fuertes que llevaron al PJ hasta una interna. Después de que se pelaran los cables, la corriente volvió a su curso, aunque nada fue igual que antes.
Jaldo lleva casi 11 meses de administración y, en este tiempo, ha cosechado el calor de la Casa Rosada. Primero a través del jefe de Gabinete de la Nación, Guillermo Francos; luego con el vicejefe de Gabinete del Interior, Lisandro Catalán, que este viernes recorrerá obras junto a Jaldo, pero que también tendrá una agenda marcada por los contactos con los libertarios locales y, por la noche, asistir a la inauguración oficial de la Expo Tucumán, en la Sociedad Rural. Ahora el gobernador tucumano entró directamente en la órbita del propio Milei, que el lunes pasado reposteó un comentario que el tranqueño hizo acerca de la cumbre virtual que algunos de sus pares mantuvieron con Francos y con el ministro de Economía, Luis Caputo. Este último ha dejado ayer en claro cuál es el horizonte fiscal que debe guiar a las 23 provincias: el equilibrio de las cuentas públicas. El ajuste seguirá siendo la moneda corriente de la actual administración nacional que quiere que el esfuerzo fiscal también sea realizado por las 24 jurisdicciones subnacionales, incluyendo a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Imposible cumplimiento
Al escuchar el domingo al Presidente, cuando presentó en el Congreso el proyecto de Presupuesto 2025, a varios mandatarios se les erizó la piel. Un ahorro fiscal equivalente a U$S 60.000 millones es de imposible cumplimiento, más aun cuando la mayoría no ha podido todavía sacar la cabeza hacia la superficie. Todos están tapados de compromiso. De allí la necesidad que tuvo la Casa Rosada de organizar un zoom con los mandatarios provinciales y explicar qué quiso decir el jefe de Estado. El alma se les volvió al cuerpo a todos, pero quedó un gesto de desconfianza acerca de la estrategia fiscal que la Nación aplicará el año que viene, tan impar como electoral, tan necesario como imprescindible para medir, a través del voto y no de las encuestas, cuál es el grado de aceptación social al Gobierno. Para Milei resulta imprescindible fortalecer su representatividad parlamentaria para no depender tanto de los “87 héroes” que le sacaron las papas del fuego con la Movilidad Jubilatoria.
El titular del Palacio de Hacienda, en tanto, trazó una clara línea divisoria entre aquellos gobernadores que se mantienen en la vereda del frente de los otros que van por la misma acera o que, como suele decir un viejo dirigente justicialista, transitan por la ancha avenida del medio. Jaldo está entre estos últimos y hoy tiene línea directa con Caputo. En los tiempos que corren, el gobernador necesita renovar la licencia de conducir. Tal vez este jueves pida esa autorización dentro del propio Partido Justicialista.