Por más deliciosas y prácticas que resulten, las frutas a veces suponen un inconveniente respecto a su fecha de caducidad. En múltiples ocasiones estas pueden echarse a perder rápidamente y en un plazo menor a cinco días nos vemos en la obligación de desecharlas, como es el caso de la banana.
La banana es una fruta deliciosa, saludable y sobre todo práctica. Es sencilla de consumir en cualquier momento del día, siendo el postre, colación o ingrediente ideal de muchas recetas. Son fáciles de transportar y hasta un niño pequeño puede consumirlas sin ensuciarse. Sin embargo, un desafío que se nos presenta en el momento en que las compramos es el de mantenerlas frescas durante largos períodos.
¿En qué lugares no se recomienda guardar las bananas?
La banana es una fruta que puede echarse a perder muy rápido si no la consumimos inmediatamente. Una vez que está madura, es posible consumirla en un plazo que abarca los cinco o siete días. Sin embargo, estos tiempos pueden reducirse si las almacenamos en los lugares equivocados. Muchas veces las fruteras en la esquina de la cocina o en el centro de la mesa puede ser el lugar menos conveniente.
Así es que para alargar el tiempo de consumo de una banana solo debemos cambiar su lugar de guardado ya que, aunque parezca un factor intrascendente, la ubicación es crucial para la conservación efectiva de este tipo de frutas. Esto se debe a que la condición del lugar tiene un efecto directo en la misma. En el caso de la banana, estas deben estar alejadas de la luz solar directa y de otras frutas.
La particularidad de que debamos aislar a las bananas de otras frutas se debe al etileno, un gas que los alimentos climatéricos, es decir, que continúan su proceso de maduración después de ser cosechados, producen. Esta sustancia acelera esa acción, y, por lo tanto, almacenar las bananas lejos de otras frutas puede prevenir que el etileno las afecte y haga que maduren más rápido.
¿Dónde debemos guardar las bananas para que duren más tiempo?
Otras personas prefieren guardar esta fruta en la heladera. Esta puede parecer una estrategia bastante conveniente ya que la refrigeración ralentiza el proceso de maduración, lo que nos permite añadir un mayor margen de días para consumirla sin que se eche a perder antes de tiempo. Sin embargo, un artículo publicado por la revista especializada Southern Living revela que las condiciones de este lugar pueden dañar la textura de la fruta, lo cual la hace más blanda y menos apetecible.
Así un lugar conveniente para guardar esta fruta, teniendo en cuenta las distintas particularidades de los espacios de guardado, es un espacio a temperatura ambiente y fresco, como una despensa o un estante alto. Estos lugares permiten que esta fruta siga su desarrollo madurativo natural, sin necesidad de acelerarse.