El presente de Boca no es nada alentador: perdió en semifinales de la Copa de la Liga, quedó eliminado en los octavos de final de la Copa Sudamericana y está lejos de los primeros puestos de la Liga Profesional (tiene 21 unidades, a nueve del líder Vélez, y perdió la última fecha frente a Racing). Todo esto hace que el ciclo de Diego Martínez esté en la cuerda floja y que sea cuestionado por los hinchas del “Xeneize”, que anhelan levantar cabeza lo más rápido posible; es decir, en el Superclásico.
Pese a una que otra presentación positiva, Boca no terminó de convencer y se encuentra en un periodo de muchas dudas.
Eso quedó graficado en el duelo frente a Talleres por Copa Argentina. No jugó bien, pero se clasificó a los cuartos de final (en donde enfrentará a Gimnasia de La Plata) gracias a los penales.
La tensión fue tal que el entrenador protagonizó un festejo eufórico, lo que fue un síntoma claro del difícil momento que está viviendo.
Esta situación provoca que el partido frente a River pueda ser definitorio en cuanto a al futuro del entrenador. Boca tiene como objetivo principal clasificar a la Copa Libertadores 2025, meta que no estaría cumpliendo (tiene 46 unidades en la tabla anual, es decir, a dos puntos de Racing que ocupa la última plaza).