En los encuentros con otros descubrimos aspectos fascinantes, sorprendentes e incluso un poco molestos que hacen a las particularidades de los demás. Entre esas experiencias, podemos encontrarnos en la espera de una comida en un estaurante o aguardando para la cita con un médico cuando una persona comienza a mover enérgicamente la pierna de arriba a abajo. Y aunque este movimiento pareciera solo una forma de fastidiar o un extraño pasatiempo, lo cierto es que los fundamentos psicológicos son mucho más profundos.
Podemos encontrarlo en otras personas o ser nosotros mismos los originadores del concierto entre el piso y el golpeteo constante del zapato cada vez que debemos esperar a un amigo en un café o aguardar a dar una exposición en una clase. Este hábito no es particular de unas pocas personas ya que la mayoría comparte la rutina de agitar las piernas en el momento en que distintas emociones les atraviesan, en un rango que abarca el aburrimiento, la ansiedad, la inseguridad y la emoción.
Las causas del por qué agitamos nuestras piernas en momentos específicos han sido investigadas por la psicología. Existen una serie de razones por las cuáles comenzamos a mover nuestra pierna, por lo que conocerlas es sumamente importante para poder identificar qué es aquello que nos causa malestar y que se manifiesta a través de nuestras piernas. Según la ciencia una de las razones es el estrés y la ansiedad.
¿Por qué movemos las piernas constantemente? la respuesta de la psicología
De acuerdo con diversos estudiosos de psicología, una de las razones por las que agitamos la pierna constantemente se encuentra en los elevados niveles de estrés. La tensión constante está relacionada con un nivel alto de la hormona del estrés, el cortisol. Cuando estos valores se elevan nuestro ritmo cardíaco se acelera lo que a la misma vez provoca una necesidad casi instantánea de “liberarlo”. Esto se debe a que el movimiento aumenta el flujo sanguíneo y puede expulsar la tensión que se encuentra reservada en nuestros músculos, lo que se transforma en un mecanismo para lidiar con la tensión.
“De hecho, los médicos alientan a las personas a hacer ejercicio porque este regula la ansiedad y el ánimo. Así es que el agitar de las piernas es considerado una forma de actividad física”, explica Cheryl Collins, psicoanalista y psiquiatra. “Una manera de pensar este hábito es como un corto ejercicio HIIT”, revela la especialista comparando este movimiento involuntario con rutinas de actividad de alta intensidad que permiten liberar la hormona del estrés. “Mover las piernas tiene un efecto similar y se realiza cuando no podemos ejercitar, por ejemplo en una situación de trabajo”.
Mientras que otra de las razones por las cuales no podemos dejar quietas nuestras piernas puede encontrarse en un intento por concentrarnos. De acuerdo con un estudio elaborado en 2015, “las investigaciones elaboradas en niños con déficit de atención y trastorno de hiperactividad sugieren que los movimientos repetitivos mejoran la concentración y la atención”. Así los especialistas destacan que este estímulo puede ayudar a calmar las partes hiperactivas del cerebro e incluso ayudarnos a enfocarnos, especialmente cuando lidiamos con estímulos “negativos” como el aburrimiento o la distracción.