Caminar descalzos o calzados, esa es la cuestión. Aunque hay partidarios de los dos bandos y cada quien seguirá eligiendo lo que le resulte más cómodo, un especialista y fisioterapeuta español señala que calzarnos es un hábito que no nos favorece. Sobre todo, porque los zapatos que usamos hoy en día ni siquiera tienen forma de pie.
Ya lleva años la corriente de pediatras que indican a los padres de niños en sus primeros meses dejarlos sin calzados rígidos. Aunque esto responde a razones de formación y desarrollo, el fisioterapeuta Jesús Serrano, licenciado enciencias de la actividad física y el deporte, explica que algo similar puede pasar en adultos.
¿El pie está enfermo?
"El pie está encerrado porque así nos lo han dicho y enseñado en un zapato que precisamente no tiene forma de pie, que es como una escayola con cordones", señala Serrano y asegura que calzarnos es una forma de atrofiarnos los pies y que, por ello, debemos andar descalzos cuando sea posible.
Pisar directamente el suelo hace que nestros pies sean "infinitamente más sanos", indica. El fisioterapeuta argumenta que de este modo nuestros dedos se mantienen separados y rectos y los pies musculados. "Nuestros calzados deben contar con forma de pie, un modelo que le permita la misma funcionalidad que ir descalzos", remarca.
Entrenar los pies
Lejos de ser partidario del calzado cerrado y apretado, a Serrano le preocupan estas prácticas ortopédicas. "Hace años me di cuenta de que lo mejor para la salud de los pies es hacer lo mismo que para el resto del cuerpo, que es moverlos, fortalecerlos, entrenarlos", argumenta.
Para entrenarlos, lo recomendable es estar sin zapatos todo el tiempo posible. "Andar descalzo es fundamental para enriquecer nuestros pies y que estos estén fuertes y sanos", sostiene Serrano. La salud de los pies es esencial para favorecer la postura y prevenir problemas de huesos.