En los últimos tres meses, la Canasta Básica Total (CBT) se encareció en casi 20 puntos porcentuales para ubicarse en agosto en los $ 779.374 para una familia tipo tucumana (un gasto diario promedio de $ 25.141). El poder adquisitivo de ese grupo sintió el impacto de los incrementos en algunos artículos de primera necesidad, pero también en la disponibilidad de más recursos para mantenerse al día en el pago de los servicios públicos esenciales (luz, gas y agua potable, entre otros). De hecho, los datos publicados hoy por la Dirección de Estadística de la provincia dan cuenta que el aumento en el último mes de esa canasta, que marca el límite de ingresos para que una familia tipo no caiga en situación de pobreza, fue del 6,4%, muy por encima del Índice de Precios al Consumidor (IPC), que fue del 4,7%.
Además, la Canasta Básica Alimentaria (CBA) también subió por encima de la inflación provincial, con una expansión del 5,3%. Un hogar tipo 2 -compuesto por un jefe de 35 años, su conyugue de 31 años, su hija de 8 y su hijo de 6 años- necesitó un ingreso mayor a $ 380.182 para no ser considerado indigente. En otros términos, ese grupo familiar requirió $ 12.264 por día sólo para costearse los alimentos mínimos por jornada. Pero el mayor dolor de cabeza lo sintieron por las variaciones que experimentaron algunas verduras. Por caso, la Dirección de Estadística, conducida por el economista Raúl García, relevó algunos valores que llevan a interpretar que hasta hacer puchero es un lujo, no tanto como un asado. Así, por ejemplo, la papa subió un 51,7%, que la batata aumentó un 36,8% y que el zapallo se incrementó un 35,2%. En menos medida subieron la zanahoria (14%) y el choclo (12%). El poder adquisitivo se está haciendo cada vez más puré. Lo que se mantuvo fue el precio del osobuco que, en las carnicerías, se consigue a entre $ 6.000 y $ 6.500 el kilo. Así, con todos esos ingredientes, una familia tipo puede llegar a gastar desde $ 20.000 para preparar ese plato tradicional.
¿Cuánto se encareció?
Los datos oficiales muestran, además que, en lo que va del año la Canasta Básica Total se encareció en $ 357.040, mientras que la Alimentaria subió $ 165.799 desde fines de diciembre pasado.
La variación de la CBA y de la CBT tucumana, con respecto al mismo mes del año anterior, es de 212,6% y 217,2% respectivamente, indica el informe oficial.
Los alimentos y bebidas necesarios para subsistir se encarecieron en promedio un 4,9% mensual en agosto en las 34 localidades de seis provincias argentinas, de acuerdo con el relevamiento que realiza la Fundación Colsecor. La suba representa una nueva aceleración respecto de los tres meses anteriores que mostraron alzas de entre el 2 y el 4,2% mensual. Con el incremento de agosto, el precio de la Canasta Alimentaria en el interior acumula una suba del 95,5% en lo que va del año, comparado con igual lapso de 2023.
Es preciso analizar que el aumento se registra pese a la fuerte caída del 11,8% interanual observada en todo el país por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) en el rubro Alimentos y bebidas, sólo durante el mes de agosto, acumulando una baja del 20,5% en los ocho primeros meses del año en relación a igual período de 2023.
Aumentos por doquier
La suba de los precios de los alimentos y bebidas no se observa solamente en las localidades del interior relevadas por la Fundación Colsecor. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) el incremento informado por la Dirección de Estadísticas porteña fue de 3,1% en relación a julio, con lo que el aumento acumulado en lo que va del año llegó a 93,2%. Por su parte, el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana referenció un alza promedio de 5,9% mensual para 20 distritos del conurbano bonaerense, con lo que el incremento de los ocho primeros meses del año llegó a 125,3%.
Todos estos datos repercutirán en la medición de pobreza y de indigencia que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) difundirá el jueves 26, con los datos del primer semestre de este año en los 31 aglomerados urbanos de la Argentina.
Análisis
Donde más duele
Marcelo Aguaysol
LA GACETA
Las crisis y las recesiones golpean a todos los agentes económicos, pero no a todos por igual. La autosustentación prácticamente desapareció en la Argentina como lo observa la investigadora de la Universidad Católica Argentina (UCA), Ianina Tuñón. Sólo un 5% de los hogares tiene una huerta o cría animales para el consumo de su familia (2,8% tiene una huerta, 0,6% cría animales, y 1,2% tiene ambas cosas). La pobreza es un fantasma que azota a la mitad de la población. Pero hay datos que duelen más que otros. Por ejemplo, que un tercio de los niños/as y adolescentes viven en hogares que experimentan la inseguridad alimentaria total (32,2%) por no tener dinero suficiente para comprar los alimentos. Dentro de esta población se estima que 13,9% alcanza privaciones graves. “La inseguridad alimentaria aumenta entre los más pobres e indigentes y a medida que los chicos/as son más grandes”, advierte Tuñón. Según el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, la pobreza golpea al 52% de la población argentina y el 17,9% de la sociedad está expuesta a la indigencia. En la particularidad, los niños y los adolescentes están más expuestos (63% es pobre). Esa estadística duele; es la hipoteca que hay que saldar para que no comprometa más el futuro.