La organización humanitaria Amnistía Internacional denunció que en Nicaragua se lleva adelante una “represión sin límites”, mientras se profundiza la crisis política del gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo. El oficialismo “continúa instrumentalizando las instituciones del Poder Ejecutivo, la Asamblea Nacional y el Poder Judicial para legitimar su agenda represiva y garantizar la impunidad de los crímenes del derecho internacional y violaciones de derechos humanos cometidos bajo su gobierno”, dice la nota de la prensa de la ONG.
AI denuncia que la reciente ola de acciones estatales “es parte del esfuerzo continuo por silenciar a cualquier actor social percibido como crítico por el gobierno nicaragüense”. Y sostiene que, en las últimas semanas, las autoridades han intensificado el uso de tácticas represivas como la cancelación de organizaciones sociales y la criminalización de voces disidentes.
“La profundización del ataque sistemático contra personas defensoras de derechos humanos, activistas, líderes religiosos y organizaciones de la sociedad civil en Nicaragua es un nuevo golpe contra la libertad de expresión, asociación y religión, que no sólo tiene repercusiones en Nicaragua”, dijo Ana Piquer, directora para las Américas de Amnistía Internacional.
“La falta de una respuesta decidida, coordinada y sistemática por parte de la comunidad internacional ante los crímenes que sigue cometiendo el gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha creado un precedente peligroso en la región, cuya impunidad y falta de rendición de cuentas sirve de incentivo para las autoridades de otros Estados que quieren seguir su receta represiva”, añadió.