Los focos de fuego registrados en Tucumán en el mes de agosto de 2024 fueron 2191 según los satélites de la NASA. Esto significa un aumento del 73 % con respecto al mismo mes de 2023. Si comparamos los datos de julio y agosto de 2024 el incremento fue del 100 %. El grueso de la quema de vegetación se registró en la zona sur de la provincia, tanto al este como al oeste de la ruta 38. El mapa de focos de fuego muestra claramente que el grueso de la quema estuvo centrado en zonas donde se cultiva caña de azúcar, acumulación de rastrojos, restos de poda de citrus, restos de cultivos de granos además de basurales y pastizales. En este mes de agosto de 2024 se agregaron casi 11.000 hectáreas de pastizales y arboles quemados en la zona de montaña.Los datos de contaminantes, que se miden con una red de sensores montados al efecto por investigadores del Conicet son más que concluyentes: En invierno Tucumán vive una situación atmosférica comprometida, lo que también lo corroboran datos médicos publicados por La Gaceta en la edición del 5 de agosto (“Males respiratorios y oftalmológicos: aumentan las visitas médicas durante la caída de hollín”). Sin duda, que estos son los efectos medibles a nivel de salud de la población, pero existen otros daños que aún no han sido evaluados como la pérdida de carbono del suelo lo que lleva a una pérdida de la fertilidad de los mismos, las emisiones de dióxido de azufre por los fertilizantes nitrogenados que se utilizan, así como la pérdida de humedad de los suelos justamente en el periodo donde los brotes de la caña necesitan agua y las lluvias son escasas. Muchas voces son escuchan que en forma resumida dicen “nosotros no quemamos porque perdemos” pero los datos satelitales y las inspecciones que los organismos de control hacen, demuestran lo contrario.
Juan A. González
San Juan 158 - Lules