Pasaron tres años desde que el escándalo trascendió las puertas de Tribunales y luego de ese tiempo, hace poco menos de dos meses, la Corte decretó que debía realizar un fuerte llamado de atención contra dos jueces que habían compartido tribunal de juzgamiento. Una de las involucradas en la resolución del máximo tribunal es la jueza Carolina Ballesteros, actualmente vinculada con otros cinco expedientes disciplinarios, y el otro el juez Dante Ibáñez.
La pelea, que rápidamente se viralizó, ocurrió durante un juicio celebrado en agosto de 2021, cuando ambos jueces integraban un tribunal que juzgaba a una mujer que, en defensa propia, había matado al marido. Allí, en medio de la pandemia, y cuando Ballesteros actuaba por zoom e Ibáñez lo hacía en forma presencial, ambos discutieron fuertemente ante las partes, hasta que debió intervenir la tercera jueza del Tribunal, Isabel Méndez. La convivencia entre ambos jueces ya no venía bien. Ballesteros había acusado a su colega de ser misógino, de humillar a las mujeres y de no permitirle realizar su trabajo con normalidad, todo esto negado por el juez Ibáñez. Así las actuaciones llegaron a la Corte que terminó resolviendo a principios de julio.
Según las actuaciones, Ballesteros, “jueza del Colegio de Jueces del Centro Judicial Capital, denuncia a Dante Julio José Ibáñez, vocal de Cámara Penal Conclusional, por haber efectuado comentarios inapropiados y presidir un debate oral en estado de ebriedad”.
Seguidamente “Ibáñez efectúa su descargo y niega categóricamente las acusaciones realizadas por Ballesteros. Ofrece la videograbación de la audiencia como prueba y agrega que una vez finalizado dicho debate, que tuvo lugar en agosto de 2021, remitió una nota a la Corte Suprema y a la oficina de Gestión de Audiencias para no volver a integrar Tribunal con dicha magistrada, por su comportamiento durante el desarrollo de aquel. Aclara que Ballesteros participó de manera remota en dicha audiencia por lo que no pudo haber percibido ninguna situación que le permita fundar lo que afirma en su presentación”. Según el análisis que hicieron los miembros de la Corte, luego, Ibáñez negó haber realizado comentarios de índole sexual o agresivos.
Al mismo tiempo remitieron actuaciones firmadas por tres vocales, Ibáñez, Rafael Macoritto y Diego Lammoglia, quienes aseguraron que mientras se desarrollaba un juicio oral por un homicidio “Ballesteros irrumpió de manera abrupta en la audiencia, lo que quedó registrado en el soporte audiovisual y en el acta correspondientes”, por lo que solicitaron a la Corte que la conducta de la magistrada sea analizada. Esto fue rechazado por la jueza quien aseguró el día mencionado se presentó en la sala: “Ingresé de manera normal, como lo hace cualquier persona y me ubiqué en la parte de atrás de la sala en silencio hasta que el vocal Macoritto se dirigió hacia mi persona y me preguntó ‘¿necesita algo?’ A lo que contesté de manera respetuosa al vocal que me dirigió la palabra lo siguiente: ‘si en algún momento de la mañana tienen un cuarto intermedio por favor si me puede avisar necesito hablar con el tribunal’”.
Ballesteros afirma que el secretario que labró el acta faltó a la verdad y que si se solicita el registro audiovisual de la audiencia podrá verse que en ningún momento interrumpió el uso de la palabra de persona alguna. Explica que la presentación realizada por los vocales responde a la denuncia que realizó el 31 de octubre del año pasado ante la Corte, respecto de inconductas por parte del vocal Ibáñez. “Relativa a actitudes machistas y expresiones groseras con las que se dirigió no solo hacia su persona, sino también a otras funcionarias”, analizaron los jueces.
Ballesteros luego dijo que se reunió con los magistrados Ibáñez, Lammoglia y Macoritto durante el cuarto intermedio dispuesto y que Ibáñez reconoció ante los otros dos vocales haber realizado un comentario a las funcionarias mencionadas y que los demás solicitaron a Ibáñez que cesara con los comentarios desagradables. Luego de eso señaló: “El vocal Ibáñez padece de una grave adicción al alcohol, lo cual es de público y notorio”.
Así, los vocales Daniel Leiva (presidente), Antonio Estofán y Daniel Posse consideraron que se trataba de “denuncias confrontadas por comportamientos, de ambos magistrados, en procesos judiciales que exceden el marco de lo estrictamente jurisdiccional”. Por ello resolvieron “recomendar a Ballesteros, jueza del Colegio de Jueces del Centro Judicial Capital, y a Ibáñez, vocal de Cámara Penal Conclusional, adecuar sus intervenciones judiciales a la función jurisdiccional conferida legalmente y limitar sus actuaciones a las facultades que les acuerda la Ley Orgánica de Tribunales y los Códigos procesales de rito”.
Cabe precisar que las vocales de la Corte Claudia Sbdar y Eleonora Rodríguez Campos se encontraban de licencia.
Otra denuncia de 2020: supuesta violencia institucional y laboral
Los vocales Claudia Sbdar (presidenta), Antonio Daniel Estofán, Daniel Posse, Daniel Leiva y Eleonora Rodríguez Campos manifestaron, tras una acordada de 2020, que Ballesteros debía ser investigada a propósito de la denuncia de supuesta violencia institucional y laboral, “entre otras cuestiones”, articulada por la secretaria María Celmira Ibarreche. La Acordada 1.492/19 no detallaba las presuntas faltas de desempeño expuestas por Ibarreche sino que remite a unas actuaciones de superintendencia donde constan la presentación de la funcionaria y la respuesta de Ballesteros. Tras analizar estos escritos, los vocales ordenaron el esclarecimiento de los hechos.