¿Y ahora, quién podrá salvarnos? “¡El Chapulín Colorado!” decía el Chavo del 8 - “es para llorar, no para reír”. Ahora lo único que falta para completar su círculo destructivo de la democracia, es que cierre el Congreso de la Nación. El 31 de mayo de 2018 escribí : “Jubilados peligrosos: ¿En qué se diferencian Mauricio Macri de Cristina Kirchner? Es más de lo mismo; para una los jubilados somos peligrosos; para el otro el pueblo es peligroso, cuando reclamamos ejercer nuestros derechos constitucionales de vivir con dignidad”. Y ahora agrego a la lista al impresentable, irrespetuoso y agresivo de Milei, responsable directo de la inhumana y nefasta agresión sufrida (no se quiere ni a él mismo); odia a todos, y más a nosotros los jubilados desamparados. No hay derecho a que tengamos gobernantes ricos con un pueblo pobre, y sobre todo los jubilados que estamos padeciendo lo que no nos merecemos, por haber brindado nuestro granito de arena a la patria, con muchos años de trabajo y esfuerzo. Ante la ley somos todos iguales, pero en la Argentina hay algunos que son más iguales que otros. La generación actual no debe olvidarse de que serán los jubilados del mañana; no debe permitir que se mancille a sus padres y abuelos. La soberbia es muy mala consejera, y este estilo que lo caracteriza al presidente, Javier Milei, que descalifica a toda opinión que tenga una voz distinta a su pensamiento, quiere gobernar enfrentando al Congreso de la Nación, avasallando los principios de la democracia. Ya es hora de que el señor presidente se baje de los aviones (en sus interminables viajes por el exterior) y ponga bien los pies sobre la tierra de nuestro país, y vea la realidad de lo que ocurre en la superficie del territorio argentino de norte a sur y de este a oeste. Y ahora, la parodia de su veto, y la continuidad en la aplicación de su fórmula de actualización, que es realmente una limosna. El Presidente cree que somos unos viejos que no entendemos nada, pero está muy equivocado; los fondos del Anses nos pertenecen y son propiedad de los jubilados; somos convidados de piedra, y seguimos haciendo malabarismos para llegar a fin de mes. Hago votos para que pronto podamos tener la esperanza que esta situación cambie, y podamos tener un presente más digno para legar un futuro promisorio para los jóvenes, para que no se vayan del país a buscar nuevos horizontes, que serán los que mañana deberán conducir el destino de nuestra patria.
Federico Yurcovich