Miles de personas se manifestaron en las principales ciudades de Israel tras el anuncio de la muerte de seis rehenes de Hamas en Gaza.
La protesta se centró en exigir al primer ministro Benjamin Netanyahu que llegue a un acuerdo para la liberación de los rehenes restantes. La oposición y las familias de las víctimas acusaron a Netanyahu de evitar pactos para mantenerse en el poder y satisfacer a sus aliados de extrema derecha. Las manifestaciones más grandes se llevaron a cabo en Tel Aviv, donde los manifestantes rodearon el cuartel general de las Fuerzas Armadas israelíes.
La central sindical Histadrut convocó una huelga general para el lunes, en un intento por presionar al gobierno. La protesta en Jerusalén tuvo lugar frente a la Knesset, el parlamento israelí, y coincidió con una reunión del Consejo de Ministros. Diversos líderes de la oposición, instituciones públicas y los municipios de Kfar Saba y Givatayim se unieron a la huelga, suspendiendo servicios como muestra de solidaridad con las familias de los rehenes.
El ejército israelí confirmó la identidad de los seis rehenes encontrados muertos en un túnel en Rafah y prometió ajustar cuentas con Hamas. Netanyahu afirmó que quienes matan a rehenes no desean un acuerdo y advirtió que perseguirán a los responsables. Un mando de Hamas, por su parte, acusó a Israel de la muerte de los rehenes por disparos y bombardeos. Entre las víctimas identificadas se encuentra Hersh Goldberg-Polin, un israelí-estadounidense, cuyo fallecimiento fue lamentado por el presidente de EE. UU., Joe Biden.
La guerra entre Israel y Hamas, que comenzó el 7 de octubre, ha dejado miles de muertos y una situación humanitaria crítica en Gaza. Los familiares de los rehenes, incluyendo aquellos con ciudadanía estadounidense, instaron a Netanyahu a cerrar un acuerdo para la liberación de los cautivos. En medio de la presión internacional y las protestas internas, el gobierno israelí enfrenta un momento crítico en la gestión del conflicto.