La ex primera dama, Fabiola Yáñez, presentó un escrito ante la fiscalía federal encabezada por Ramiro González en el que solicitó investigar la violación de secretos y de su intimidad por la difusión del contenido de su historia clínica, y de la declaración de testigos reservados, que propuso la propia defensa del ex presidente, Alberto Fernández.
En el documento, Fabiola dijo que sospecha que filtración provino de su exesposo, o de los tribunales, donde los sobres con los documentos aportados siguen cerrados, sellados y en una caja fuerte del quinto piso del edificio de Comodoro Py 2002.
El conflicto se inició esta semana cuando Fernández planteó la declaración de un testigo de identidad reservada al que denominó A. Dijo que por seguridad nacional, ya que se desempeñó en la quinta de Olivos, su identidad debía permanecer secreta.
Pero los medios publicaron su contenido en menos de una hora. “La intención de guardar reserva duró menos que un suspiro”, dice el escrito de los abogados de Yáñez y señala que supone que ante esta revelación la defensa ya se habrá presentado ante el fiscal para reclamar, consignó un artículo periodístico del diario La Nación.
Y señala Yañez que lo mismo ocurrió a fines de la semana pasada, cuando presentaron parte de su historia clínica psiquiátrica y cuadernos manuscritos supuestamente por ella, que forman parte de la batería de tests a la que fue sometida para tratarla de diagnosticar y tratar supuestos desequilibrios emocionales en el Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco) del diputado radical y neurocientífico Facundo Manes.
Dijo Yáñez que el 29 de agosto se presentó ese informe secreto, con su historia clínica que hace a su intimidad pero que al día siguiente ya se había filtrado en algunos medios. “Está visto que a alguien le cuesta guardar secretos”, dice el escrito que cita la publicación de ese documento y la mención de su contenido que hacía un periodista invitado en LN+.
“De más está señalar que la ley 26529 y concordantes impiden la difusión de los diagnósticos médicos o la historia clínica de un paciente, pero más aún se debe resguardar cuando la aportante pide que sea declarada secreta y el juzgado así lo ordena”, dice el escrito de la querella.
El informe de Ineco está además agregado a la causa pero sólo para consulta de las partes en la propia fiscalía sin que puedan tener acceso de otro modo, o bajado como documento digital. Y señala que las copias que Fernández aportó dice que fueron halladas en el allanamiento en su departamento de Puerto Madero, y sin embargo no quedaron constancia de ellas en el acta labrada por la Policía Federal, “por lo que permítanse poner en duda el origen que detalla”, dice la querella.
“Estamos en presencia de una violación de secretos y de la privacidad en los artículos 153 y 153 bis, debiendo el fiscal -lo que así se solicita- investigar si dicha filtración se produjo en la fiscalía a su cargo, o si en su defecto, la única parte que tenía el sobre cerrado, sellado y firmado, lo filtró para obstruir la investigación de esta causa, persiguiendo eventuales nulidades o protegiendo inconsistencias que pueda surgir de la prueba que dijo querer preservar”, dice el escrito.
El fiscal Gonzalez convocó a todas las partes (abogados de Fernández y de Yañez) el próximo jueves 5 de septiembre en la fiscalía, cuando declarará el exmédico presidencial Federico Saavedra, para abrir el sobre cerrado con la declaración del testigo A y con la declaración del testigo G, efectuadas ambas ante un escribano público. Para decidir si los cita a declarar tomará una decisión con esta denuncia de violación de la intimidad para que se disponga su investigación.
La defensa de Fernández planteó su estrategia para rebatir las acusaciones de haber golpeado a Yáñez sobre la base de plantear que la ex primera dama sufría un desequilibrio emocional y que en paralelo era afecta a la bebida por lo que se caía y le quedaban moretones. La última testigo aportada, además habló de que Yáñez se hacía tratamientos estéticos con agujas en el rostro, que le dejaban moretones.