31 Agosto 2024
En el 73º aniversario del renunciamiento histórico de Eva Perón, Enrique Romero, ex subsecretario de Tránsito de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, emitió un duro análisis sobre la situación actual del Justicialismo.
En un ecrito, Romero recordó la renuncia de Evita a la candidatura vicepresidencial el 31 de agosto de 1951, un acto que definió como un rechazo a los honores, pero no a la lucha. Allí sostiene que el Justicialismo actual se encuentra "en un laberinto" en el que figuran nombres como Cristina Fernández de Kirchner, José Alperovich, Amado Boudou, Lázaro Báez, y el ex presidente Alberto Fernández, a quienes describe como "una caterva de justicialistas de ocasión". Según el ex funcionario, la salida del laberinto requiere una autocrítica profunda.
En su texto, Romero destaca la figura de Evita como "la expresión más pura y noble de la solidaridad con los humildes". La ex primera dama, quien en 1947 impulsó la promulgación de la Ley 13.010 que habilitó el sufragio femenino en Argentina, es presentada como un símbolo de dignidad y lucha, en contraste con lo que Romero describe como la decadencia del Justicialismo desde 2003.
"El Justicialismo es un museo lleno de símbolos pero falto de contenido", afirma Romero, acusando al kirchnerismo y al alperovichismo de haber desvirtuado los principios del peronismo. Según él, la doctrina peronista, que ponía a la patria por encima de todo, ha sido relegada, y la falta de autocrítica ha llevado a un gobierno "calamitoso".
Romero también critica la situación interna del PJ, mencionando que Diego Giuliano, del Frente Renovador, confundió al partido con una "comisaría" al hablar de autoridad en el peronismo. Este comentario, según Romero, no fue refutado por ninguna autoridad partidaria, lo que para él refleja la confusión en la que está inmerso el movimiento.
Para Romero, la identidad peronista se define por el reconocimiento de la historia y la aceptación de sus aciertos y errores. Sin embargo, desde 2003, considera que el partido ha ido perdiendo su esencia, algo que ni siquiera los oponentes históricos del peronismo lograron.
El ex subsecretario concluye con un llamado a la unidad peronista basada en ideas, diferencias y aportes que permitan recuperar el protagonismo político. Critica el "concurso de odios instalado por Cristina" y aboga por un nuevo "Eros ético-político" que fomente un amor por la verdad, la unidad, la solidaridad y la organización.
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