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MÁS GENTE QUE DE COSTUMBRE. El kiosco de San Lorenzo y Ayacucho subió sus ventas desde el viernes. La Gaceta / fotos de Analía Jaramillo
Poco a poco, el cambio en las calles San Lorenzo y Crisóstomo Álvarez va cobrando sentido para los vecinos. Al menos para algunos, porque mientras un grupo de ellos se quejan de las consecuencias que trajo, otros las celebran. Es que la nueva medida tiene varias aristas para analizar.
El martes surgieron las voces de varios del primer grupo. El consorcio de propietarios e inquilinos de San Lorenzo 418 presentó una queja formal en la Municipalidad debido a que con el corrimiento de las paradas de una calle a otra, la enorme cantidad de gente esperando los colectivos bloquea el ingreso y el garaje de la vivienda.
Paralelamente la medida, implementada con el objetivo de mejorar la fluidez del tránsito, redujo también drásticamente el flujo de personas que circulan por la calle Crisóstomo Álvarez. Esto generó preocupación entre los diversos comerciantes de esa zona ya que por allí pasa menos gente, por lo que cayeron las ventas.
Sucede, claro, que las paradas de colectivo de la Crisóstomo fueron todas corridas hacia la San Lorenzo. Y si los comerciantes de la Crisóstomo se quejaron por la caída en las ventas, los de la San Lorenzo, con todas las paradas en sus veredas, tuvieron la reacción contraria.
“A nosotros nos aumentaron la ventas. Teníamos igualmente una parada antes, pero estaba más adelante y ahora hay más”, asegura Florencia, que atiende en un kiosco de San Lorenzo al 600. La influencia de los pasajeros de colectivos circulando en esa zona es clara. “Lo que más compran son recargas de tarjeta Ciudadana. Hay más movimiento”, reconoció la mujer. Sobre esa vereda ahora están las paradas de los colectivos de las líneas 7, 10 y 11, entre otros.
Buen clima
Adrián Medina está a cargo de un kiosco en Ayacucho y San Lorenzo y da un panorama similar de su negocio, pero con ciertos “asteriscos”. “Claramente vino más gente que la semana pasada, pero también es cierto que la semana pasada llovió todo el tiempo. El buen clima generalmente trae clientes”, advirtió. “Eso sí, casi todo lo que consumen es (recarga de) tarjeta Ciudadana. Ocho de cada 10 vienen para eso”, agregó. Las paradas más cercanas del local son las de las líneas 4, 6 y 17.
El caso del kiosco donde trabaja Alberto no difiere mucho de estos últimos, pero hay un factor que se encarga de señalar como clave: “Estamos a fin de mes y siempre es complicado en esta época”. Sin embargo, hay un parámetro menos “contaminado” con la coyuntura. “El viernes trabajamos muy bien, hubo más ventas. Se notó el cambio de las paradas y además aprovechamos la confusión de la gente, je. Había personas que todavía no sabían dónde estaban las paradas”, explicó el hombre en su kiosco de San Lorenzo al 500. Allí, a metros, están las paradas de las líneas 1, 3, 9, 11 y 12.
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