28 Agosto 2024
Una de las palomas capturadas en las inmediaciones del penal de Coronda, en Santa Fe, junto con la carga de drogas que transportaba. Foto Ministerio de Seguridad de Santa Fe
Ya son ocho las que se cuentan en los últimos diez meses, cinco en los últimos cuatro meses, aunque se trata de las que han fracasado en su cometido de una actividad en alza: palomas que intentan pasar droga y otros insumos a ciertos penales de la provincia de Santa Fe, sobre todo al de Coronda. El último caso fue este lunes, alrededor de las 17, cuando unos transeúntes notaron que un ave que lidiaba con paquetes colgados en sus patas a metros del portón principal de la cárcel.
Agentes del Grupo de Operaciones Tácticas (GOT) de la policía santafesina, que estaban en las cercanías de ese acceso, en Belgrano y Roque Sáenz Peña, en el extremo oeste del complejo penitenciario, capturaron la narcopaloma y lo que llevaba: 8 gramos de marihuana y 12 de cocaína.
Apenas unos días antes, el jueves 22 de agosto, había sido capturada otra ave, esa vez a 300 metros del penal. Fue en una vivienda. La dueña de la casa llamó al 911 para informar del hallazgo: esa torcaza tenía un envoltorio atado a sus patas, y la Unidad Regional 15 del Comando Radioeléctrico de Coronda, que secuestró la carga voladora, dio cuenta de 78 dosis de cocaína por un total de 45 gramos.
El 8 de noviembre de 2023, el periódico local El Litoral contaba del primero de la seguidilla de casos: en ese entonces, agentes del Servicio Penitenciario de Santa Fe que trabajaban en el penal de Coronda avistaron una paloma que portaba, también adosado a sus garras, un pequeño bagullo que contenía una batería de celular y una resistencia metálica.
Más cercano en el tiempo, lunes 8 de julio. Otros vecinos de Coronda, donde se aloja la Unidad Penitenciaria N°1, la segunda más grande del sistema penitenciario santafesino, notaron que una paloma no podía lanzarse al vuelo desde una reja, y cuando se acercaron a socorrerla se percataron que no era una lesión lo que le impedía volar La carga que llevaba consigo esa ave: un celular sin batería, un chip telefónico y una resistencia.
Una paloma pesa, aproximadamente, entre 350 y 400 gramos, por lo que un celular como carga, que supone la mitad o más de su peso, resulta lisa y llanamente un impedimento.
Droga secuestrada que halló atada a una paloma cerca del penal de Coronda, en Santa Fe, en agosto. Foto Ministerio de Seguridad de Santa Fe.Droga secuestrada que halló atada a una paloma cerca del penal de Coronda, en Santa Fe, en agosto. Foto Ministerio de Seguridad de Santa Fe.
Más tarde, el lunes 22 de julio, la Policía de Santa Fe detectó en Coronda otro pájaro con dificultad para volar, en las inmediaciones de una garita de seguridad del complejo penal y que luego fue hacia una vivienda, con dos envoltorios en sus patas, un total de 50 gramos de marihuana.
Ya en julio, desde el Ministerio de Seguridad de Santa Fe sostienen estar al tanto del uso de palomas transportadoras y del incremento de la modalidad, que atribuyen al recrudecimiento de los controles en los penitenciarios y para su acceso llevados a cabo en las cárceles Coronda y Piñero, donde segundas y terceras líneas de las organizaciones criminales de Rosario cumplen condenas.
La carga que una paloma intentó ingresar al penal de Coronda en julio. Foto Ministerio de Seguridad de Santa Fe.La carga que una paloma intentó ingresar al penal de Coronda en julio. Foto Ministerio de Seguridad de Santa Fe.
"Hay criaderos de palomas mensajeras dentro del penal y es muy difícil combatirlas. Hace poco más de un mes se hizo una requisa específica para detectar palomas mensajeras. Se secuestraron centenares de palomas, que luego fueron liberadas a varios kilómetros de la cárcel para que no vuelvan”, deslizaron desde el ministerio, sobre el penal de Coronda.
Y le dieron dimensión al fenómeno narco. "Hay decenas que todos los días vuelan con celulares y droga a la cárcel. Las palomas fueron criadas dentro de la penitenciaría”, subrayaron.
No obstante, este miércoles, hubo otra interpretación oficial.
Sofía Ramacciotti, asesora de la Secretaría de Asuntos Penales de Santa Fe, declaró a la radio rosarina Radio 2 que “no hay criaderos de palomas” en el penal de Coronda.
"Todo lo que ocurre dentro de la unidad, en el caso de detectarse alguna situación... En las unidades no hay criadores de palomas, porque lo hubiésemos detectado. Pero sí, como ya lo hemos manifestado, las palomas son una plaga, existen y la solución no es envenenarlas porque puede afectar a parte del ecosistema", puntualizó la funcionaria.
Las narcopalomas no son mensajeras
El 23 de abril una paloma había caído cerca del penal de Coronda, en el que fue uno de los primeros casos del año, con más de 60 gramos de marihuana. Un día después, la Federación Colombófila Argentina (FCA) publicó una "aclaración".
Una paloma transportando un celular descansa en una vivienda cercana al penal de Coronda, Santa Fe, al no poder alzar vuelo debido al peso de su carga.Una paloma transportando un celular descansa en una vivienda cercana al penal de Coronda, Santa Fe, al no poder alzar vuelo debido al peso de su carga.
"A raíz de la información periodística relativa a la utilización de una paloma para transportar droga al interior de una cárcel, y la asociación de esa paloma caracterizada como 'mensajera' a la colombofilia, la Federación Colombófila informa que esa relación es totalmente errónea", comenzó el comunicado de la FCA.
Y luego dio sus argumentos: "Las imágenes difundidas permiten deducir que se trata de una paloma común (de las que están en plazas y azoteas) y no de un ejemplar tipo mensajera, que en nuestro país se crían exclusivamente con fines deportivos".
¿Por qué no debían, entonces, los medios hablar de palomas "mensajeras"? "Las palomas mensajeras son aves de retorno a su hábitat de origen (palomar), no aves a las que se les pueda indicar que lleven o trasladen algo hacia un destino circunstancial", aclaró la entidad.
Este lunes, luego de un nuevo caso, Radio y Televisión Santafesino (RTS), la emisora estatal provincial, realizó un reportaje a un criador de palomas de Esperanza, un pueblo a casi 80 kilómetros al norte de Coronda. "Nuestras palomas nacen en nuestros palomares. Las largamos todos los días para que salgan a volar, y están media hora o cuarenta minutos sueltas y después vuelven a su palomar. No van a pisar ningún otro techo ni edificio, ni nada. La paloma mensajera vuelve siempre a su lugar de nacimiento", especifica el colombófilo entrevistado, Diego Garbes.
Comunicado de la Federación Colombófila Argentina luego de que el primero de los casos de palomas "mensajeras" en Coronda se hiciera público. Foto FCA.Comunicado de la Federación Colombófila Argentina luego de que el primero de los casos de palomas "mensajeras" en Coronda se hiciera público. Foto FCA.
Dice, además, que una paloma mensajera, entrenada para tal fin deportivo, puede recorrer distancias de hasta 800 kilómetros, pero siempre para volver a su lugar de origen. Que no es la cárcel.
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