La muerte de Juan Izquierdo conmociona al mundo del fútbol y miles de personas lo despiden con mucho dolor en las redes sociales. El jueves, el futbolista de 27 años se desplomó en pleno partido entre Nacional y Sao Paulo producto de una arritmia que se agravó con el correr de los días. Sobre el tema, los especialistas explican cuáles son los tres síntomas más comunes que indican un posible problema cardíaco de este tipo.
Una arritmia representa cualquier alteración del ritmo cardíaco normal, ya sea un ritmo más lento, o más rápido, o simplemente desacompasado del corazón. Éstas pueden no dar ningún síntoma o bien dar síntomas muy variados.
“La presencia o ausencia de síntomas no siempre están relacionadas con la gravedad de las arritmias. Cabe destacar que si bien hay algunas arritmias que pueden tener un componente hereditario, las más frecuentes no tienen un patrón familiar ”, aclara el doctor Ángel Moya, director de la Unidad de Arritmias del Instituto del Corazón Quirón Salud Dexeus (Barcelona).
Los síntomas más frecuentes de una arritma cardíaca
Moya explica que hay pacientes que pueden tener una fibrilación auricular (arritmia común y una de las taquicardias más frecuentes entre la población de más edad), o incluso una taquicardia ventricular (arritmia en los ventrículos del corazón), pero no notar ningún síntoma.
“De todos modos, uno de los síntomas más frecuentes de las arritmias son las palpitaciones. Se trata de la percepción del latido del corazón, que puede ir desde sensación de golpes aislados, desacompasados hasta que el corazón late más deprisa de lo habitual”, detalla. Otros síntomas más frecuentes son la sensación de ahogo en reposo y el dolor torácico.
Además, el profesional indica que en ocasiones la persona afectada también puede sentir un aumento de cansancio al hacer ejercicio, inestabilidad o incluso pérdida de conciencia transitoria (síncope) e ictus, que en algunos pacientes puede ser la primera manifestación de una arritmia o muerte súbita.
Los tratamientos médicos ante la detección de una arritmia
En cuanto a las opciones de tratamiento, hay varias alternativas según la arritmia, desde tratamientos farmacológicos (orales, venosos) a no farmacológicos. “La mayoría de los tratamientos farmacológicos tienen limitaciones, por lo que cada vez más se han ido desarrollando tratamientos no farmacológicos para el tratamiento de las arritmias”, apunta el doctor Moya, entre los que destaca:
Marcapasos: aparato que se implanta debajo de la piel del paciente, bajo la clavícula, y que se conecta dentro de la cavidad cardiaca mediante un cable. Actualmente, hay algunos modelos que se pueden implantar directamente en el propio corazón; sirven para que, en aquellos casos en que el corazón lata más lento de lo habitual, aumente su ritmo cardíaco.
Desfibriladores implantables: similares a los marcapasos, pero de mayor tamaño, son aparatos que, en caso de arritmia ventricular grave que pueda poner en peligro la vida del paciente, pueden realizar de forma automática e inmediata una descarga eléctrica (desfibrilación) que permite devolver al corazón su ritmo habitual.
Ablación mediante catéter: este es uno de los mayores avances en el tratamiento de los pacientes con arritmias. Consiste en la introducción de uno o varios catéteres que se avanzan hasta las cavidades cardiacas, habitualmente a través de la vena femoral, con los que se localizan una o varias zonas que puedan ser responsables del origen o del mantenimiento de las arritmias. Ahí se aplica algún tipo de energía, habitualmente radiofrecuencia, pero puede ser también frío u otro tipo, para cauterizar el tejido responsable de la arritmia y evitar que ésta se presente de nuevo. Hoy en día puede realizarse una ablación para la mayoría de las arritmias.