El fútbol es un espectro extremadamente amplio. Hay quienes llevan una vida de lujos, con ingresos mensuales exorbitantes, y en los países con mayor calidad de vida. Y hay quienes, motivados por la pasión y el amor por el deporte, la reman todos los días con tal de cumplir su sueño. En este grupo se podría incluir a Matías Barrientos, defensor central nacido en Famaillá, de 25 años, que actualmente juega en la Segunda división de Paraguay.
Pasaron ya más de 10 años desde que Barrientos dejó su provincia natal, en post de perseguir su sueño. “Empecé jugando en la escuelita de fútbol de Famaillá. A los nueve años empecé a ir al CEF 18, donde jugué hasta los 14 años. Ahí, quedé en una prueba que hizo Quilmes en Tucumán, y viajé de forma particular a Buenos Aires, donde hice otras pruebas y quedé”, recuerda Barrientos.
El marcador central, que también puede jugar como lateral derecho, llegó a Primera división, y aunque formó parte de algunas convocatorias, no llegó a debutar. Durante esa etapa, tuvo a Facundo Sava, actual DT de Atlético Tucumán, como entrenador. “Tengo buenos recuerdos tanto de él como de todo su cuerpo técnico. Tiene una calidez humana muy grande y es un gran profesionalismo”, aseguró sobre “Colorado”.
Ávido de sumar minutos, Barrientos pasó por Guaraní Antonio Franco, que disputa el Regional Federal Amateur, y el año pasado por Unión de Sunchales, que participó del Federal A. “Las experiencias que me dejó el fútbol argentino fueron muy buenas. Me dejaron herramientas para lo que me tocó después; me sirvió mucho sumar partidos para que hoy, en el fútbol paraguayo, no me haya resultado difícil la adaptación”, señaló.
La de Paraguay es su primera experiencia en el exterior, y llegó gracias a un ex DT suyo, que lo llevó a Deportivo Santaní, que milita en la División Intermedia, la Segunda división de Paraguay. “Me encontré acá con un nivel deportivo muy parecido al Federal A, algunos equipos de B Nacional también. Como opinión personal, lo pondría entre Federal A y B Nacional a nivel futbolístico”, aseguró Barrientos.
Aunque en lo futbolístico no fue tan difícil la adaptación, cuenta que sí fue más complicado en materia cultural. “La ciudad es San Estanislao, que queda a unos 200 kilómetros de Asunción. Es el interior de Paraguay. Es una cultura muy diferente a la Argentina, predomina el guaraní y están acostumbrados a comer muy pesado, muchas frituras. Al principio se me hizo un poco complicada la adaptación, pero ya me acostumbré, y estoy adaptado”, aseguró. Además, destacó la calidez de los paraguayos. “Por lo menos acá, en el interior de Paraguay, la gente es muy amable, muy cordial con el que viene de afuera”, afirmó.
De todas formas, cuenta que hay cosas que extraña de Tucumán. “Principalmente extraño a mi familia. También extraño las empanadas, el sándwich de milanesa, las comidas de mi vieja”, subrayó.
Pese a que su equipo está algo alejado de la pelea por el segundo ascenso a Primera, Barrientos se muestra contento por la posibilidad. “Este año, en lo personal me sirvió para sumar partidos. Poder competir en la Segunda división del fútbol paraguayo es una vidriera muy grande, entonces a nivel personal me sirve mucho”, apuntaló el central, que se define como “un jugador rápido, de buen primer pase, buen juego aéreo, y mucho sacrificio”.
Si bien su contrato es hasta octubre, cuando termina la competencia, Barrientos se siente cómodo en Paraguay, y asegura que su intención es continuar allí. “Mi objetivo a mediano plazo es poder quedarme, porque desde lo económico es más conveniente que Argentina”, remarcó. Sin embargo, sí tiene la ilusión de una nueva oportunidad en el fútbol argentino. “Me gustaría volver y jugar en Argentina, apuntar a un equipo de Primera B Nacional”, puntualizó; aclarando, obviamente, que también sueña con jugar en Primera.
Y dentro de las metas a cumplir, está la de jugar en uno de los grandes tucumanos. Siempre dije que me gustaría jugar en alguno de los dos grandes de Tucumán, más que nada por las hinchadas que tienen, cómo acompaña la gente; el hincha tucumano es muy pasional, siempre resaltan en cualquier lado por eso”, señaló. Además, aclaró: “no tengo preferencia por alguno”. “Sí siempre los sigo, los partidos de cada uno, cuando les toca jugar, porque me gusta el fútbol, y me gusta que los equipos de Tucumán estén bien”, concluyó Barrientos, que, lejos de los principales flashes, cumple su sueño, y se ilusiona con un futuro en el fútbol argentino.