Un amigo o familiar que de pronto nos solicita si podemos enviarle dinero vía transferencia. Un correo electrónico que nos advierte que firmamos un contrato o que tenemos una deuda y que es necesario ingresar a un link para zanjar las dudas. Un mensaje de texto de un “banco” que nos dice que tenemos disponible un premio.
Todas estas son sólo algunas de las prácticas que llevan adelante los ciberdelincuentes para cometer el delito del momento: el robo de identidades o datos que tienen como finalidad hacerse del dinero ajeno a través de engaños.
Hoy en día, el mundo está más conectado digitalmente que nunca. Los delincuentes se están aprovechando de esta transformación en línea para atacar, a través de sus puntos débiles, las redes, infraestructuras y sistemas informáticos. Esto tiene una enorme repercusión económica y social en todo el mundo, tanto para los gobiernos, como para las empresas o los particulares.
El phishing, el ransomware y las violaciones de la seguridad de los datos son solo algunos ejemplos de las actuales ciberamenazas, eso sin contar que continuamente están surgiendo nuevos tipos de ciberdelitos. Los ciberdelincuentes son cada vez más ágiles y están mejor organizados, como demuestra la velocidad con que explotan las nuevas tecnologías, y el modo en que adaptan sus ataques y cooperan entre sí de forma novedosa.
Los ciberdelitos no conocen fronteras. Los delincuentes, las víctimas y las infraestructuras técnicas están dispersos por múltiples jurisdicciones, lo que resulta muy problemático a la hora de realizar una investigación o emprender acciones judiciales.
En Tucumán, en Argentina y en todo el mundo se conformaron estructuras de investigación y de la Policía para atacar a estos delincuentes. En nuestra provincia, la oficina de Delitos Informáticos tiene cada vez más tarea, pero aún poco personal para ocuparse de la creciente cantidad de denuncias.
“El esquema de estafas laborales y de trabajo desde casa comenzó a popularizarse en otros países durante la pandemia en el año 2020. En nuestro país tomó más presencia a finales de 2023. Actualmente se están presentando cada vez más casos que comprenden esta modalidad en la provincia”, se puede leer en un informe elaborado por la división de Delitos Telemáticos que está firmado por su jefa, Yolanda Álvarez, y por el programador Alejandro Duhalde. “Este tipo de estafa se ha vuelto más común con el auge del trabajo remoto en el país y también en nuestra provincia”, añadieron en el documento al que tuvo acceso LA GACETA y que es parte de un informe periodístico publicado en nuestras ediciones de papel y on line. Esta última práctica, la de ofrecer trabajo, es la que está en auge por estos días en nuestra provincia.
Ante ello, es menester que los ciudadanos incluyamos en nuestra rutina algunas prácticas tendientes a prevenir ser víctimas de delincuentes que operan sobre nuestras necesidades o sentimientos; educación y concientización sobre el tema, mantener nuestros programas informáticos actualizados y protegidos, tener contraseñas fuertes y que no sean de fácil deducción, tener firma electrónica y en especial denunciar.
Es menester que los organismos públicos, los sectores educativos y en las familias se tome conciencia y se hable de este tipo de delitos para no ser víctimas de estafas que, en muchos casos, dejan vacías las cuentas de los usuarios.