Como si fuera automático, con el cambio de clima o con la entrada de una estación más fría, nuestro cuerpo pareciera volverse más lento. El despertar por la mañana se vuelve un proceso más largo, el caminar por la calle implica pasos más lentos y el hacer ejercicio se vuelve todo un desafío. Más allá de la sensación helada en nuestro cuerpo ¿cuál es el efecto del frío en el organismo?
Sentirse más cansado en invierno es una experiencia compartida,.La menor exposición a la luz, la baja de temperatura y el ritmo de vida pausado hacen que de alguna manera el invierno se vuelva una temporada más lenta y quizás más cansada. Nuestro cuerpo ha evolucionado con el tiempo y al igual que algunos animales, atravesamos una especie de hibernación, pero en este caso lo experimentamos como una baja de energía.
Astenia invernal: la influencia de las estaciones en nuestro cuerpo
La baja de energía en invierno es un proceso que comparten las distintas especies animales. En el caso de los seres humanos, el agotamiento, el decaimiento o somnolencia reciben el nombre de astenia invernal, y no, no implica ninguna enfermedad. Se trata de una respuesta fisiológica y emocional normal, una reacción a los cambios que se producen en el ambiente en el que vivimos.
Los seres humanos no estamos desconectados de nuestro entorno y así las transformaciones como la baja de temperaturas y sobre todo la disminución de la luz debido a las cortas horas de día generan en nuestro cuerpo una alteración en las hormonas. La luz solar facilita que nuestro cuerpo produzca ciertas hormonas que afectan al ritmo vital del cuerpo, como la melatonina. Esta es la principal encargada de la regulación de los ciclos de día y noche en nuestro cuerpo.
¿Cuál es el efecto del invierno en nuestro cuerpo?
Por lo tanto, este cambio estacional y la reducción de horas de sol provocan un desequilibrio interno que afecta a la calidad de vida del individuo. Así, sentimos cansancio y fatiga, cambios en el estado de ánimo, trastornos en el ciclo del sueño, alteraciones en el apetito o dificultad para concentrarnos, síntomas frecuentes de la astenia estacional.
Una forma de combatir la astenia invernal es dándonos un tiempo para adaparnos a la misma. Por ello y con la transción a una temperatura fría se vuelve fundamental descansar en el día y no solo durante la noche. Dentro del tiempo de descanso diurno, dbeemos tomarnos un mínimo de 30 minutos diarios para realizar un reposo absoluto y así lograr que nuestro cuerpo no se vea sumamente afectado por las alteraciones del ambiente.